20 Feb, 2018 | No se conforman Maduro y su comparsa con tener a su favor, por vía del ventajismo de sus incondicionales CNE y TSJ, la gran mayoría de las gobernaciones y de las alcaldías del país, para continuar envenenando a la ciudadanía con el cuento del socialismo del siglo XXI, la Venezuela potencia, y las dádivas de los CLAP y el carnet de la patria; o como escribió un tuitero: "el gobierno te rompe las piernas, para que después le agradezcas si te regala unas muletas".

Nicolás quiere más. Imponer su voluntad no a la mayoría, sino a todos los venezolanos, y por eso, usando al mamotreto de la ANC, en los estados donde perdió nombró a un protector, quien no fue designado para ayudar a combatir los problemas regionales, sino que se encarga exclusivamente de torpedear la gestión del legítimo gobernante. Aquí ocupó primero la disparatada comisión Carlos Mata Figueroa y ahora el eterno perdedor Dante Rivas, a quien Nicolás ha impuesto como jefe de los chavistas del patio, en detrimento de Marisel Velásquez, quien se ha comido las verdes, pero muy a pesar de su disciplina partidista no ha podido disfrutar de las maduras.

La bufonada del protector, nacida de las entrañas de los cubanos que mandan en Miraflores, tiene el padrinazgo de la ANC, una constituyente fraudulenta, que no ha redactado ni un solo artículo de lo que sería una nueva constitución, sino que se ha dado a la tarea de torcer lo poco de democracia que queda en el país, decidiendo sobre cualquier aspecto de la vida nacional, apegada a mantener el totalitarismo madurista como gobierno. De ahí el inmenso repudio que no solo despierta entre nuestra ciudadanía, sino en el mundo, donde cada día abren más los ojos ante la cruel destrucción de Venezuela.