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18 de abril de 2024





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Felices los cuatro
Juan Griego siempre ha sido el contacto más cercano con la realidad mundana, así que es como la llave de escape en muchos aspectos; de tal manera que para abastecerse o conocer las novedades del momento, había que "eslingarse" hacía allá.
Mélido Estaba Rojas | melidoestaba@gmail.com

17 Feb, 2018 | Aunque ustedes lo crean con dificultad, Altagracia fue una comarca agropecuaria de considerable peso, donde los campos mostraban los resultados del trabajo del azadón y el machete, mientras chivos y borregos se reproducían con prontitud (tanto, que por eso se le conocía como Los Hatos) retozando entre los bosques de orégano, que predominaban en la geografía gracitana. Artesanos, pescadores y navegantes enamorados, completaban el círculo que movía nuestra economía.

Juan Griego siempre ha sido el contacto más cercano con la realidad mundana, así que es como la llave de escape en muchos aspectos; de tal manera que para abastecerse o conocer las novedades del momento, había que eslingarse hacía allá. Muchos jateros despegaban tempranero vía Caño de los Burros a tomarse "la mañana" por los lados del mercado en El Bajo, cerquitica de la Guardia Nacional; averiguar chismes en la bodega de Fernando Quijada, ver los movimientos de "La Rosa Eugenia" y "La María Rosario" en sus viajes a Puerto La Cruz, desde aquel muelle de troncos y tablitas bajo los mandatos de la Capitanía de Puertos o "consignación"; ayudar a jalar el tren y conseguir alguito para el sancocho. En esta misión mañanera, destacaron las parejas de "Chalao" Marín y Eladia; y "Chinto" Gómez y María Jacinta. Aquel era jocoso y entusiasta mientras que éste fue reconocido como poeta popular oportuno y certero, unido al ambiente por el humo de un tabaco maquero.

Ellos eran infaltables en la playas de La Galera y Juan Griego, donde varaban botes como el de Juan "Chencho" o Carlos el de Hilario, con sus vientres cargados de riqueza marina. Cuentan los que presenciaron el asunto, que un día tuvieron algún inconveniente pasajero a la hora de conseguir la carachana o el roncador para el sancocho. Chalao se incomodó ante la imposibilidad y comenzó a discutir con un pescador, blandiendo el garrote que siempre lo acompañaba, pero Chinto apeló –como siempre- a su espíritu poético, hizo lo posible por calmar a su compañero y evitar el pleito a fuerza de rima, y se fajó frente al bote "Bienvenido" propiedad de "Pichito" Rojas. Olvídense del mundo ajeno –dijo, tabaco en boca- vamo a ser feliz/ vamo a ser feliz/ felices los cuatro/ les hago un contrato/ vamos pa' Los Hatos/ casa e' Luis "Nonato"/ o allá donde "Nato"/ compramos un pato/ blanquito o mulato/ sea viejo o novato/ gordo y bien barato/ que yo se los mato/ sin bicarbonato/ los aliños bato/ con un garabato/ es misión que acato/ para mí es muy grato/ y les doy el dato/ que ahí come hasta el gato/ en totuma o plato/ sin ningún recato/ todos con buen trato/ sin ñangaragato/ o algún mojigato/ que envainen el rato/ con nuevo formato/ que parezca ingrato/ cual triste relato/ de culebra y mato/. "Así será mijito", dijo Chalao. Cuenta Nato (el de Pastor) que ese es el mejor pato que se ha guisado en Altagracia. El mundo es pura casualidad, digo yo ahora.




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