16 Feb, 2018 | Nos comentaba Doña Elodia que en reciente encuentro con un grupo de personas vinculadas al deporte, privó la opinión y la esperanza de celebrar la presencia en la Casa de Gobierno del estado Nueva Esparta de Alfredito Díaz. Ello, por cuanto el actual gobernador ha sido por siempre un hombre del deporte: futbolista de alta competencia, técnico y dirigente deportivo. Además, como alcalde de Mariño, fue un entusiasta, decidido y consecuente colaborador y ejecutor de la actividad atlética en esa jurisdicción municipal, extensiva hasta otros municipios del estado.

No obstante, la misión de rescatar, adecentar y consolidar el deporte neoespartano no será fácil ni inmediata, ya que la herencia recibida la conforma: una orfandad total de política deportiva. Ella, reflejada en la clandestinidad del Instituto Regional de Deporte, frustración y desencanto de la dirigencia, abandono y diáspora de talentos hacia otros estados del país y un último lugar en el ranking deportivo nacional. Peor imposible.

De allí que urge una reorganización absoluta e integral del hecho deportivo regional; una nueva concepción en la atención, planificación y ejecución de la actividad deportiva isleña.

Se hace necesaria e impostergable la activación de proyectos puntuales que permitan encausar un plan estatal deportivo factible y eficiente: revisión y adecuación de las asociaciones deportivas; promoción de la municipalización deportiva; capacitación y actualización de los entrenadores; adecuación y funcionalidad de la infraestructura; consolidación y fortalecimiento del binomio educación-deporte; tomas deportivas populares; conformación de selecciones permanentes; fomento de los fogueos de nuestras selecciones; estimulación del empresariado; creación del centro de atención integral al atleta y entrenador y algo fundamental y prioritario, como lo es la debida e inmediata atención de la UETD-NE, su reorientación integral.

El fomento del deporte neoespartano es factible, para ello se necesita una organización coherente e integral, con una dirigencia capaz y conocedora del oficio, aunando todo esfuerzo a la voluntad política y decisión del ente gubernamental, legisladores, alcaldes y alcaldesas, empresariado y por supuesto atletas, entrenadores y representantes. Solo juntos lo lograremos. Por ahora está bueno, hasta el próximo Zaperoco.