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Segundo aire Estamos mal, pero los déspotas que gobiernan tampoco están en su mejor momento. La violenta caída de la producción petrolera, consecuencia de la ineptitud y la corrupción consubstancial al régimen chavista, los deja sin oxígeno. Los bonos del hambre y la retórica “revolucionaria” ya no alcanzan para disfrazar la tragedia que estamos viviendo... Manuel Narváez |
narvaezchacon@gmail.com
15 Feb, 2018 | En este infame descenso al infierno que sufrimos los venezolanos, la realidad, como en una pesadilla, se nos presenta distorsionada y caricatural. Un país petrolero incapaz de producir aceite para motores. Gorilas que masacran sin piedad ni castigo. Carnavales tristísimos: sin caramelos ni serpentinas, con disfraces tan pobres que daban lástima, sin playa y sin necesidad de ley seca. Todo comienza a parecernos absurdo y aunque sabemos que tenemos que detener esta locura, no sabemos cómo hacerlo; estamos tan cansados, tan aturdidos que nuestra mente no funciona con claridad. Somos como boxeadores que, con ventajismo tramposo y abusivo, han recibido incesante castigo a lo largo de 19 rounds. Estamos mal, pero los déspotas que gobiernan tampoco están en su mejor momento. La violenta caída de la producción petrolera, consecuencia de la ineptitud y la corrupción consubstancial al régimen chavista, los deja sin oxígeno. Los bonos del hambre y la retórica “revolucionaria” ya no alcanzan para disfrazar la tragedia que estamos viviendo; tampoco calman las disensiones ni detienen las defecciones. Y ahora se suma la comunidad internacional que aborrece y pone en cuarentena a ese boxeador tramposo y criminal. Llegó el momento de recomponernos, de tomar el segundo aire y continuar el extenuante combate que tenemos que ganar para recuperar a nuestro país. Como tarea inmediata debemos reconstruir la unidad de la Venezuela democrática articulando una alianza que además de los partidos políticos, incluya a todos los sectores representativos de la sociedad para que, con candidato o sin él, junto con la comunidad internacional, defendamos el derecho a votar con libertad.
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