16 Dic, 2017 | Todo lo que pedimos, siempre se cumple. El problema es que hacemos peticiones sin darnos cuenta. Hoy te voy a compartir qué hace que eso que no te diste cuenta que pediste, se hiciera realidad.

Antes de las palabras, tenemos algo medio esotérico que llamamos vibración. La vibración es la energía que le ponemos a un pensamiento específico. Aquí no importa si es positiva o negativa, sencillamente es la fuerza de esa vibración. Cuando solo reaccionamos ante cualquier estímulo de la calle, terminamos siendo solo resonadores de la energía colectiva.

Nunca olvidaré un lunes que estaba en el metro, camino al trabajo. Había retraso en el metro e íbamos todos como sardinas en lata. Yo siempre cargaba un librito para ir leyendo y así evitar el estrés colectivo. Sin embargo, el resto de la gente iba quejosa, molesta. Aunque nadie hablara, esa energía se sentía. Justo en la estación Plaza Venezuela (una de las más caóticas), la gente trataba de salir, y otros trataban de entrar. Al final un señor quiso salir y empujó a otro que quería entrar… algo que pudo ser sencillo de resolver, terminó en una golpiza entre desconocidos.

¿Se pudo haber evitado tanto desastre? Por supuesto. Si al menos uno de ellos se hubiese detenido y dado permiso al otro, ambos habrían llegado a su trabajo con menos moretones.

En el año 2017 me dediqué a leer varios chats de noticieros. Aunque muchos querían un país mejor, lo que se leía entre sus líneas era un "ojalá todo se vaya a la mierda". Se repetían una y otra vez que todo estaba mal, que estaba peor, que estaba perdido. Y lo que decimos es una orden para el universo, no porque lo digamos, sino porque lo vibramos. Como en el caso del metro, las palabras sobran cuando la sensación es tan evidente.

Llegamos a Navidad con el año que pensamos, no con el que soñamos. Obviamente, esto no aplica para todos. Tengo personas en mi círculo social que progresaron, pero lo hacen en silencio porque si algo ellos han aprendido, es que el éxito en Venezuela se celebra a puerta cerrada. Ellos aprendieron que el éxito es hoy día visto como una traición social.

Pero siempre es momento de cambiar la dirección, siempre es buen tiempo para comenzar de nuevo. Así que en esta Navidad, debes no solo pedir, sino comprometerte a vivir en congruencia con tu pedido. No pidas lo que no estás dispuesto a trabajar, y mucho menos pidas para luego hacer lo contrario.

Dios y el Universo siempre responden tus peticiones… tengas poco o tengas mucho.

Gracias por existir.