14 Dic, 2017 | Puerto de La Mar, 26 de Octubre de 1876. Este año cumpliría 141 años. ¿Y, sus restos y respetables cenizas de Maestro Insigne, Esclarecido y Relevante del Puerto de La Mar…? ¿Dónde están, reposan o qué se hicieron? Preguntamos con respeto, profunda angustia y preocupación, los hijos dolientes de esta histórica Isla. Acaso los largaron, como tantos a otros y otras en el Cerro “El Piache”? ¡ Venerado Maestro!…

¡El Maestro Lino! Cual Don Vicente Emilio Sojo, se paseaba, señorial y anecdótico por las pequeñas calles de aquel pintoresco Puerto; de brisa fresca, cantar para él de paraulatas y ocurrencias de sus personajes de pueblo, que, como Don Inginio y el Bachiller Macatá le decían algo gracioso y él, el Maestro Lino respondía con aquella gracia y dulzura, mansedumbre que le caracterizaban y definían ¡Bonachón y siempre amigable! No sé si a otros que le conocieron, pero, a mí, muy personalmente, me plena de sentimientos y gratísimos recuerdos; porque lo miraba en su aula y ejecutoría musical y al violín con el que jugueteaba y él, el violín, también lo hacía con el maestro, en una dualidad de emociones increíbles!

Sobre todo, confieso, que como músico popular y callejero me influyó máximamente, porque lo buscaba donde estuviera, en lo que, para él, fue definitivo hábitat musical. Su enervada sangre y amor correspondido ¡Eso era para él como su Trío “Los Panchos”. Y fue mi mas heroica carnada en eso de quedarme músico parrandero para toda mi vida!

Lo mismo me ocurrió con Don Augusto Fermín en La Asunción, con Cheché Marcano al Bombardino y tantos otros… Apenas, era un niño y me hice muchacho, viéndolos y disfrutándolos, porque lo que ellos ejecutaban y tocaban entraba por mis ojos y oídos, piel, sangre. ¿Cómo darse cuenta que había por ahí alguien que iba tomando de cada uno de ellos un poquito? El Maestro Lino fue una referencia primorosa, alguien para venerar como a Dios y a Los Santos. Un reparte arepas de “Mi Abuela” a quien en el 65 hice esa canción (Celestina Rojas, se llamaba). No hay músico de carrera o estudios avanzados en La Margarita que no pasara por su elocuente y fructífera enseñanza: Modesta Bor, Inocente Carreño, Dámaso y Pascual García (hermanos). Dámaso, compositor del valse Isla de Margarita que dice “Margarita, tus playas soñadoras que invitan al amor y el placer”. Con el maestro Juan Cancio Rodríguez que hizo la letra. El maestro Fucho Suárez, quien creó el quinteto Contrapunto. Su hijo Cosme fue excelente clarinetista y los conocidos Morochos (nietos), Israel y Lino, fueron excelentes trompetistas…

Orquestas, Conjuntos, Escuela de Música, Cantores y Cantantes; toda esa fue su vida y su pasión. Muchos no tuvimos esa gracia y el placer de sus enseñanzas en Teorías y Solfeos, pero nos quedó la dicha de recordarlo, para siempre, como una reliquia o fantasía real que nos dejó del tiempo viejo, aquel famoso Pueblo de Mar…

¡Felicitaciones al bisnieto Rocky Vizcuna Gutiérrez y Soraida, su mamá, nieta del Maestro Lino, a quienes, muy, humildemente dedico esta Cartica de Volador!… y, a ti, inolvidable Sra. Josefina, quien me decía: “Anda, hijo, a repartir tus arepas que se te van a enfriar viendo y oyendo tocar a esos hombres que están con el Maestro Lino”!… ¡ “Ondas marinas”, tu valse, desde el cielo, Sra. Josefina!…

¿Azul?