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17 de abril de 2024





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Milagros Marcano Pérez: un vuelo a la eternidad
Enfrentó la vida sin miedo. Sin límites. Fue ella. Su rostro siempre reflejó alegría. Claro, tenía la alegría del universo. Eso llenaba su espíritu. Vivió la vida a su manera. La saboreó con todos sus matices. Eso es saber vivir.
Tarcisio Rodríguez

5 Nov, 2017 | Se fue. Era de día. Un viaje inesperado. Su luz se apagó. La flores de El Jardín de Ronsard se marchitaron. Un cuerpo inmóvil. ¡Era ella!

Un recuerdo. Instantes vividos de una niñez precoz. La madre amamantando. El padre feliz. El tetero. Los pañales. Su primera ropita. Aquellos zapaticos. Alegría de verla crecer. El kínder. ¡Su primer día! La piñata de su primer añito. ¡Inolvidable!

Un dolor tocó la piel sensible del corazón. ¡Del alma! Ella vivió su vida muy aprisa. Tal vez su instinto la indujo a entender la brevedad de su vida terrenal. Este no era su verdadero mundo. Era su tiempo. ¡Llegó! El más allá es la sublimidad del ser. Es la pureza de la belleza. Ese amor más allá del amor. ¡De lo infinito!

Su alma encontró la paz que este mundo le negó. Dos almas se abrazan. Se aman sin límites. Un mundo sin tiempo, donde viajan las almas con plena libertad.

Queda su hijo. Su nombre. Queda el vínculo que no lo borra el silencio. Él no entiende la ausencia. Se calma el dolor, pero duele. Se disipa la tristeza, pero el alma la siente. Se evade la soledad, pero vives en ella.

Enfrentó la vida sin miedo. Sin límites. Fue ella. Su rostro siempre reflejó alegría. Claro, tenía la alegría del universo. Eso llenaba su espíritu. Vivió la vida a su manera. La saboreó con todos sus matices. Eso es saber vivir.

A su padre se le secaron las lágrimas que almacenaban sus entrañas por su ausencia. Guarda su recuerdo. Su bello recuerdo. Él sigue escribiendo la décima que le enseñó en su niñez. Aquella dedicada a La Santísima Cruz. Esa décima quedó escrita en la piel del viento. ¡De la vida! Es la décima que regará de amor el jardín con flores de siempreviva. La Mata Mujer se viste y desviste en cada amanecer de un nuevo día. Allí está ella. ¡Por siempre! ¡En la eternidad!




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