Josefina de Linares se mantiene siempre de punta en blanco, y no desaprovecha ser fotografiada. / Foto: YULIANNYS GONZÁLEZ | @Yuliaseret

22 Oct, 2017 | Josefina de Linares es una dama que todo pampatarense reconoce. Una sonrisa es su mejor carta de presentación y su elegancia caracteriza a esta mujer que ha percibido la evolución del pueblo que la vio nacer.

El 2 de mayo de 1939 nació en una casa a las orillas de la bahía de Pampatar, Josefina de la Cruz Acosta de Linares, convirtiéndose en una de los cuatro hijos del matrimonio de Carlos Acosta Narváez y Catalina Silva de Acosta.

Para ella el Pampatar de esa época era perfecto pues a pesar de las necesidades que existían, las personas eran unidas y la seguridad era tal que las puertas de su vivienda nunca se cerraban.

Comenta que durante su infancia en el estado Nueva Esparta se vivieron situaciones bastante críticas como la escasez de agua potable, la cual era suministrada por gabarras, y la precariedad del servicio eléctrico.

Su padre tenía un bote a vela que traía verduras y todo lo que no se conseguía en la Perla del Caribe, mientras que su madre trabajaba en la salina de Pampatar donde recogía sal para su venta.

Josefina también cumplió con esa labor que aunque recuerda con cariño, fue ardua, ya que en aquella época existía un gran cerro que dividía al pueblo de la salina, y luego de la recolección, debían subir dicha zona montañosa con los bultos de sal a cuestas.

Siendo aún muy joven el amor llegó a su vida, cuando a la Capitanía de Puertos que quedaba justo al lado de su casa arribó desde Los Andes venezolanos Amadeo Linares Ramírez.

Cuenta que cuando se casó prácticamente conoció la voz de su esposo, pues sus padres se oponían a la relación y mucho más a que contrajeran nupcias, por lo que todo su romance estuvo basado en románticas cartas de amor que expresaban sus sentimientos.

Es que los padres de Josefina desconfiaban de Amadeo por ser 13 años mayor que ella, y además de ser de tierras tan lejanas, por lo que afirmaban que este estaba casado.

Después de unos años ese intenso amor logró consolidarse. De esta relación que perdura hasta la fecha, nacieron sus hijos Reinaldo, Ninoska, Sonia y José Antonio.

Uno de los capítulos de su vida que más la apasionan es la política. Ella dice estar orgullosa de militar en el partido político Unión Republicana Democrática (URD) que lideraba el pampatarense Jóvito Villalba y a quien asegura acompañó hasta sus últimos días como amigo y líder político.

Gatos

Actualmente Josefina Linares se siente una mujer activa, que sigue luchando por las reivindicaciones sociales. Por los momentos cumple con mucho cariño la tarea de alimentar a los gatos callejeros de la zona de Pampatar. Agradeció a Jesús Tavares por el apoyo que le da y pidió al pueblo no olvidarse de los animalitos en situación de calle.