Juancho "el Lajero" organiza las piezas según los colores y matices antes de comercializarlas y atender encargos. / Foto: YANET ESCALONA

21 Oct, 2017 | Cual artistas que esculpen la piedra para dar forma a sus figuras, también de modo artesanal evolucionan los diferentes oficios en cada pueblo de la isla de Margarita y así ocurre en el municipio Díaz donde no solamente faenan los agricultores, elaboradores de dulces típicos (piñonate, jalea y lechosa, entre otros), sino además los alpargateros, hacedores de sombreros de cogollo (hechos con material tejido de la palma datilera) y aquellos que extraen o colocan lajas, de acuerdo con los encargos.

Por lo general, son piezas de diferentes formas y colores que luego terminarán armadas como mosaicos para el recubrimiento de paredes y pisos, según el gusto de la clientela. Todo depende de quienes las encarguen, y las lajas son vendidas por metros, partiendo de 10.000 bolívares.

Uno de ellos es Juancho "el Lajero", quien en su vivienda localizada en la vía principal de la comunidad de Guatacaral, entre Las Barrancas y El Tuey, se dedica a la extracción de lajas. Luego de extraerlas las organiza y va arrumándolas en el patio de su casa, para ser mostradas a los interesados. A la hora de buscar una buena laja, los caminos llevan a San Juan Bautista y demás pueblos aledaños del municipio Díaz. Unos las extraen y otros las colocan porque es todo un arte, como lo ha expresado Joan, otro de los lajeros del municipio, cuyo oficio o pasión es armarlas y pegarlas artísticamente, en actividad que combina con sus entrenamientos ciclísticos y en ambas jornadas destaca.

Cerros de interés

El cronista de Díaz, Verni Salazar, señala que hay varios sitios de donde se extrae la laja dentro de este municipio, pero entre los más comunes está El Encañao, localizado detrás del sector La Vega de San Juan Bautista, y el cerro El Purulú de Las Barrancas.

En "Visión geohistórica del estado Nueva Esparta", el propio Verni Salazar también explica que el relieve del municipio se caracteriza por ser parte del Macizo Geoestructural El Copey, partiendo del cerro Piedra de la Virgen, entre El Dátil y El Espinal, hasta el cerro Palma Real.

En este tramo se ubica el cerro San Juan, el más alto de la Isla con 930 m.s.n.m., luego en forma de arco se encuentran El Abismo, Guaitoroco, El Macho hasta El Purulú, lo que da origen al Valle de San Juan. El resto del municipio comprende el paisaje costero, constituido por una planicie litoral de suaves pendientes, destacando entre sus playas La Guardia y El Yaque.

Hacia los llamados Altos de Las Barrancas es típico conseguir tanto a quienes sacan lajas, como a los "guías" o asesores en el pueblo que recomendarán a quienes las pegan, porque como en toda especialidad, hay quienes se destacan y otros que llegan al oficio solo por la necesidad y que al no estar dotados de creatividad serán incapaces de pegar bien las lajas.

El Valle de San Juan es uno de los más frescos de la Isla. Todos los caseríos cercanos a la montaña poseen fértiles huertos, pobremente aprovechados desde el punto de vista agrícola y donde, sin embargo, hay abundancia silvestre de árboles frutales y palmas datileras.