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Sobre la Respiración
“La respiración es algo aburrido siempre lo mismo una y otra vez. Probablemente habrá algo más interesante que observar”
Ubaldo Beade | @ubeade

16 Oct, 2017 | Mindfulness es una cualidad de la mente o más bien la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente en un momento determinado, en un momento en que cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un instante de realidad presente.

Dado que la mente tiene ciertas inercias como los pensamientos automáticos y repetitivos, o evasiones del momento presente hacia el pasado y futuro, etc. necesitamos entrenarla para desarrollar esa capacidad de consciencia. Podemos señalar que la práctica de mindfulness más básica es la atención en quietud a la respiración, lo que podríamos llamar práctica formal. Esto se complementa con una serie de prácticas informales, que se hacen en la vida cotidiana, como andar o asearse –o cualquier otra rutina- de modo atento.

“La respiración es algo aburrido -siempre lo mismo una y otra vez. Probablemente habrá algo más interesante que observar”. Este tipo de comentario surge a menudo de gente que comienza el entrenamiento en mindfulness. Habiendo muchas practicas informales útiles que parecen más atractivas -como saborear una fruta o el paseo consciente- es importante cultivar una práctica formal de mindfulness, como es la meditación básica centrada en la respiración y practicarla de un modo regular, a diario preferiblemente.

Es interesante tener curiosidad sobre el uso de la respiración como vehículo esencial. De hecho, quizás sea útil en parte porque la respiración nos muestra nuestra incomodidad, y los patrones de relación que la perpetúan. Es por ello ideal considerar los posibles beneficios de la respiración. Citemos unos pocos:

• La respiración no trata de llegar a ninguna parte. Dentro, fuera… dentro, fuera. La respiración no está enfocada en mejorar algo, ni en ser más eficiente, ni en conseguir un fin. Es una función vital natural, automática, que podemos hacer consciente en un momento dado. Igual que al respirar, en la vida podemos aprender del ritmo y naturalidad con que la respiración continúa su trabajo y sigue fluyendo.

• La respiración nos enseña resiliencia. La mayor parte del tiempo la mente está divagando, o bien evitando alguna experiencia desagradable, o persiguiendo algo grato. Entrenándonos en prestar atención amable y precisa a la respiración, cultivamos una fortaleza que nos permite estar presentes, más calmados, cuando aparece la dificultad o la tentación. Esta es una clave para el bienestar, y la aburrida respiración ofrece una herramienta simple, regular y disponible para practicar y aprender de ella.

• La respiración ocurre en el cuerpo. Para aquellos que estamos habituados a experimentar todo desde la cabeza, la respiración nos invita a bajar el centro de gravedad. Sentimos la textura del respirar, su ascenso y descenso, y las sensaciones físicas de movimiento que la acompañan. Esto ayuda a sincronizar cuerpo y mente, trayéndonos más hacia un estado de experimentar el momento presente. Como dice el Dr. Kabat-Zinn: Si estás respirando, hay más de acierto en ti que de error.

• La respiración es siempre cambiante. ¿Estoy prestando realmente atención a la respiración, o la pretendo controlar? ¿Es esta respiración igual a la anterior, o sutilmente diferente en duración, textura e intensidad? Cuando te abres a las sensaciones reales del respirar quizá no sea tan tedioso.

• Tú no respiras: la respiración te respira. No estamos al mando de la respiración, o al menos, no mucho. Podemos observar como la respiración es afectada por los estados emocionales, y podemos dirigir o controlar momentáneamente la respiración para lograr ciertos efectos en nuestra mente. Al mismo tiempo, con práctica, es posible aprender a alinearse con la respiración, moviéndose amablemente con ella, mientras se le permite espacio para que fluya con su propio ritmo y profundidad.

• La respiración nos invita a descansar y recuperarnos. Cuando nuestros ancestros se enfrentaban con un ataque de depredadores, la respiración se aceleraba y los músculos se tensaban en preparación para la huida o la lucha. Si se sobrevivía al ataque, entonces seguía un período de descanso y recuperación, la respiración se enlentecía y el cuerpo recuperaba el equilibrio. Las mismas reacciones ocurren hoy día en nosotros, excepto que muchas amenazas que enfrentamos son crónicas y continuas (trabajos estresantes, vecinos ruidosos, enfermedades largas, etc.) y nuestros cuerpos quizá no tengan oportunidad de volver al equilibrio. La quietud y el espacio que se logra con la práctica del mindfulness nos permite acceder a ese estado de recuperación. La atención regular a la respiración puede salvarnos de la sobreexcitación y el colapso.

Sigue en contacto con estas cápsulas de información que Lunes a Lunes te iremos brindando, para sepas mas del Mindfulness y sus beneficios. Si quieres un contacto más directo y vivencial puedes hacerlo en la Escuela de Emociones y Meditación Mindfulness que funciona en @AsanaYogaCenter todos los lunes a las 5:30 p.m. en la Urb. Jorge Coll.

Que la luz se extienda para todos hasta la próxima…




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