8 Oct, 2017 | Nos cuesta cambiar, son tantas vidas haciendo lo mismo, que esto se ha convertido en programas cristalizados en nuestro subconsciente, y creemos que somos esos programas.

Esta enfermedad psicológica y social divide a los seres humanos en facciones adversas. Es necesario realizar cambios críticos si queremos que haya un futuro, en especial un futuro de oro y saber que está al alcance de nosotros.

Nadie duda del hecho de que la supervivencia del planeta está en peligro y a pesar de todo parece que nada cambia. Todo el mundo sabe que estamos sacrificando la existencia misma del florecimiento más hermoso de este universo a cambio de conflictos infantiles.

Las noticias se repiten: hambre, atentados, armas nucleares, agujeros en la capa de ozono, calentamiento global, superpoblación, desaparición de las especies, codicia, debacle económica.

No esperemos que la política debilitada, instituciones arcaicas, lo hagan: ellos mismos nos han conducido a esto.

Pero soy positivo, se está levantando una energía, una nueva era, de jóvenes y mujeres que están haciendo su aparición y ejecutando su acción calladamente, que laboran desde el silencio, y no desde la bulla de la mente, que harán el cambio evolutivo, de eso no tengo ninguna duda.

Ahora o nunca, ha llegado el momento de que los seres humanos del mundo conscientes levanten su voz y su energía contra todas esas tonterías arcaicas que hacen resistencia pero ya están cediendo.

El cambio proviene de estos profesores planetarios y desde el espacio del Amor, no podemos seguir respondiendo con sus mismas herramientas de miedo, astucia, opresión, si queremos sanar las heridas del planeta y fundar nuevos cimientos para crear un paraíso, aquí y ahora, sobre la tierra.

Pero muchas de las propuestas deben ser definitivas, porque estamos en un momento definitivo, el tiempo está llegando a su fin, y todo lo que amamos está en juego.