8 Sep, 2017 | Las peticiones que los feligreses le han hecho a la Virgen del Valle se han transformado en milagros que ameritan un agradecimiento anual y una prueba fiel de fe y esperanza.

Creyentes relatan que sus vidas han sido tocadas por la mano de la Patrona del Oriente, quien desde lejos o cerca ha escuchado sus más sinceras plegarias.

Tal es el caso de Jacqueline García, quien valiéndose de contados recursos viaja desde el estado Táchira para manifestarle su devoción a la Virgen, quien según narró fue la artífice del milagro del nacimiento de su hijo José de Jesús Ruiz García.

Detalló que elevó sus plegarias para que su niño, quien nació antes del tiempo previsto y presentó ciertos problemas de salud, llegara a su vida y así fue.

Desde entonces, junto a su familia, visita la Basílica de El Valle para reforzar su vínculo con la Virgen y unir al pequeño José de Jesús con la tradición que trasciende la insularidad.

Cada septiembre, a El Valle llegan centenares de feligreses en busca de un escape espiritual, de un apoyo o desahogo y en especial de una respuesta a lo que consideran problemas más que personales, colectivos.

Muchos de los que hoy depositan su fe en la casa de la Virgen del Valle aseguran que oran a diario por la situación del país y por aquellos que hoy están desposeídos.

Karina Torres, visitante del estado Bolívar, afirmó que el poder de la patrona insular se extiende en toda la nación y que hoy día los católicos deben dedicar sus peticiones a la mejora de Venezuela.

Comentó que como muestra de fe colocaría una imagen de la Virgen en el árbol situado tras la Basílica, donde desde hace seis años personas realizan esa acción como cumplimiento de alguna promesa.

El árbol de la Virgen

La primera imagen fue colocada en el árbol hace seis años por Rafael Caraballo, conocido por los vecinos de El Valle como Anastasio, quien relató que la historia de esta tradición inició con una imagen que se le rompió a una vendedora de la localidad y decidieron colocarla en ese lugar.

El encargado de la acción desde entonces fue él y con el tiempo se unieron otros, que al igual que Caraballo están a diario al lado del árbol contando anécdotas en sus puestos florales.

Es por ello que creyentes que desean pagar alguna promesa o donar su imagen un poco antigua se dirigen a la parte trasera de la iglesia y le solicitan a Anastasio que coloque la figura en el curioso lugar.

La fe en la Virgen del Valle adquiere múltiples formas y guarda historias fascinantes que captan el interés de propios y turistas devotos de la Patrona del Oriente.