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19 de abril de 2024





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Hablas del problema o resuelves el problema
Tenemos una adicción a secretos, un completo de sociólogos sin título y politólogos frustrados. Hablamos, hablamos y hablamos, pero a ciencia cierta nadie tiene un plan personal que vaya más allá de “vamos a esperar a ver qué pasa”.
Joselyn Quintero

19 Ago, 2017 | Venezuela es una sociedad altamente social, lo que hace que la mayoría viva en modo “nosotros” y se sienta culpable si debe salirse de la masa para vivir más acorde con sí mismo. Esta semana vamos a hablar de las diferencias significativas entre las conversaciones acerca de los problemas y las acciones de quienes resuelven el problema.

Hace unos 30 años atrás yo hacía una cola a las 5:00 a.m. con mi mamá, dos sábados al mes, para cobrar el pote de leche completa. Mis recuerdos no giran tanto en torno a la cola, sino a las interminables conversaciones quejosas de quienes estaban ahí. “Vamos a peor” “Aquí va a suceder algo” “Le cuento que un conocido tiene un familiar militar que le dijo….” Y así, pasaban las horas entre lo que queríamos y lo que vivíamos.

Hoy día, el contexto es diferente pero la actitud es la misma. Ya no son aquellos de aquella cola, sino seguramente sus hijos o sus nietos los que continúan la conversación. La herencia de quejarnos, pero no apartarnos, sigue latente en la forma de ser y vivir del venezolano de calle. Tenemos una adicción a secretos, un completo de sociólogos sin título y politólogos frustrados. Hablamos, hablamos y hablamos, pero a ciencia cierta nadie tiene un plan personal que vaya más allá de “vamos a esperar a ver qué pasa”.

Y justo en este momento, tú que me lees piensas “Bueno, y qué más voy a hacer yo, si soy uno más del pueblo, que no tiene influencias ni dinero”. Es que justamente ahí está el problema, en creer que para resolver, se necesitan influencias o una solución al estilo de ganadores de Kino millonario…. Es decir, todo lo externo, todo fuera de tu poder personal.

La riqueza comienza con la capacidad de conocerte, de saber lo que SI tienes, de hacer un inventario de tus fortalezas y tus áreas de poder interior. La solución de tus problemas, especialmente de tus problemas, no está en manos de nadie más, sino de ti mismo. Eso asusta, porque lo primero que vas a encontrarte es el terrible hábito de vivir hablando de tus problemas, pero con falta de decisión de resolverlos.

Cuando entiendas que todo lo que vives hoy es parte de tus decisiones pasadas y todo lo que vivas es parte de tus decisiones presentes, dejarás de hablar para comenzar a resolver… tengas poco o tengas mucho.




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