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Honorio Salazar: Siempre me criaron con agricultura Las tierras cultivadas en Río Chiquito, en La Sierra, están rodeadas por árboles de gran tamaño. Esa zona del municipio Arismendi da para cosechar de todo: desde ají margariteño hasta cacao. +Video Simón Peraza
El agricultor Honorio Salazar, de La Sierra, revisa los primeros ajíes del cultivo. / Foto: SOPHIA HERNÁNDEZ@sophiahernandezg 15 Ago, 2017 | El ambiente sonoro de La Sierra está a cargo de las chicharras; su sonido acompaña la faena de Honorio Salazar, quien reconoce haber sembrado por esos trechos desde muy temprana edad acompañando a su padre Santo Salazar. El agricultor camina todos los días por los angostos y resbaladizos espacios, sembrados y por sembrar. Gran variedad de rubros son cultivados en las empinadas cuestas de La Sierra, que deben ser aplanadas para evitar que se pierda el alimento de las plantas. Siembras de ajíes y pimentones ocupan la mayor extensión de los cultivos de este agricultor de 48 años. Actualmente el cultivo de ají está dando su primera cosecha, afirmó Salazar. "El semillero de ají a los tres meses produce y las matas pueden parir por uno y hasta dos años, si son bien cuidadas", agregó. Asegura además que "este ají tiene más aroma que cualquier otro, con uno de estos es suficiente para cocinar", recalcó. El clima, la tierra y el agua se confabulan para que La Sierra sea un lugar inmejorable para sembrar diversidad de rubros. "Aquí no falta el agua en todo el año", agregó Salazar, mientras exhibía un semillero de pimentón listo para trasplantar. En la Sierra viven y trabajan la tierra solo quienes han heredado de sus ascendientes los terrenos que forman parte del Parque Nacional Cerro El Copey. Felipe Salazar, de 12 años, próximo estudiante de bachillerato y primo de Honorio, también cultiva. A pesar de su corta edad, Felipe es un experimentado agricultor que recorre con mucha habilidad los estrechos caminos entre los sembradíos. Dificultades Honorio Salazar asegura haber sembrado por mucho tiempo el tomate margariteño, pero la escasez de fertilizantes e insecticidas, sumado a la de semillas, impiden cultivar el emblema culinario regional. "La plaga Elegantalis daña el tomate, esa plaga es la misma que perfora los mangos, un gusano que le hace pequeños orificios al tomate". Asimismo, el paso de la tormenta Bret, en junio pasado, dañó los sembradíos. "El de cilantro fue el más afectado", contó Salazar. "Se perdieron poco más de 500 kilos de cilantro, cayó demasiada agua", insistió. Cereal Para consumo familiar, algunas semillas de arroz traídas de la Gran Sabana fueron sembradas en los terrenos de Salazar. "El arroz normalmente necesita mucha agua, pero este que estoy cultivando no amerita tanta", concluyó. Honorio Salazar pasó de agricultor a emprendedor. Estudiando material de internet ha revisado varias recetas para procesar cacao. "Tengo ideas, he hecho pruebas interesantes", detalló. Aprovechando al menos 15 árboles de cacao, seguirá realizando algunas pruebas y espera en los próximos meses tener algún producto.
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