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28 de marzo de 2024





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La defensa de la Constitución de 1999
Considero que es posible y necesario trabajar en conjunto en función del rescate de nuestro país, de sus instituciones, de su industrialización, del respeto a la pluralidad y a los derechos humanos, de la discusión sana, del voto directo, universal y secreto y de la proporcionalidad electoral.
Luis Fuenmayor Toro

19 Jun, 2017 | Ante las acciones fraudulentas que el régimen de Maduro ha venido tomando prácticamente desde que se inició, se hace necesario una alianza amplia que enfrente la nueva realidad claramente dictatorial. Aunque el presidente Chávez tomó medidas que desconocieron el texto constitucional, nunca llegó al descaro total existente hoy en día. Las principales violaciones jurídicas de Chávez se efectuaron luego de sufrir su primera y única derrota electoral, la producida cuando el soberano negó la reforma constitucional que propuso. Recuerdo, y hago la salvedad de que estoy escribiendo de memoria sobre estos hechos, lo que puede hacerme cometer equivocaciones, que a través de la figura de la enmienda de la Constitución volvió a incluir propuestas que habían sido negadas y logro, de esa manera, aprobarlas. Otros cambios también rechazados los impuso a través de leyes habilitantes.
Y no digo esto para molestar a nadie. No me estoy metiendo con Marea Socialista, ni con la Plataforma de Defensa de la Constitución, ni con el movimiento que organiza el general® Miguel Rodríguez Torres. De hecho, coincido y apoyo muchos de sus planteamientos, algunos de los cuales los están haciendo desde antes de deslindarse del gobierno de Maduro Moros. Y considero que es posible y necesario trabajar en conjunto en función del rescate de nuestro país, de sus instituciones, de su industrialización, del respeto a la pluralidad y a los derechos humanos, de la discusión sana, del voto directo, universal y secreto y de la proporcionalidad electoral. Del impulso de las ciencias y la tecnología, de la protección del ambiente, de la inmunidad de jurisdicción, de la integridad territorial, de la lucha contra la corrupción, entre muchos otros.
No hay que coincidir en todo ni es posible lograrlo. Y tampoco es necesario hacerlo en este momento particular; hoy, las coincidencias son muchas en función de los intereses de la nación venezolana, pues las necesidades son ingentes y urgentes. Hay una coincidencia central nada despreciable y es la defensa de la Constitución de 1999, el principal legado si se quiere ver así de Hugo Chávez, el cual está en peligro de desaparecer ante la decisión de unos facinerosos de eternizarse en el poder sin tener un respaldo popular para ello. Esta Constitución, que inicialmente fue rechazada por el 40 por ciento de los electores, con el devenir de los años ha llegado a ser comprendida, aceptada y defendida por la mayoría de los venezolanos, que hoy se agrupan contra los intentos hegemónicos y dictatoriales de una claque carente de proyecto nacional ninguno, más allá de seguir en el control del aparato del Estado y disfrutar de todas las prebendas que da el poder.
Pluralizar el escenario es hoy más urgente que nunca. El desenlace de la crisis no puede ser sólo en función de los intereses de quienes gobiernan y la principal fuerza que se les opone. El interés nacional tiene que estar presente y ser determinante, y ello será posible sólo si las fuerzas no involucradas en la polarización participan en forma determinante. He allí el reto.




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