Porlamar
29 de marzo de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Voy que quemo y me confieso
Confieso que Dios me dio una habilidad espectacular para prender una candelita con tan solo un chispazo, y declaro que he sabido hacer uso racional de ella; sin embargo no escapo a la tentación de incendiar a veces más de un cuerpo público o privado, criollo o navegao, opuesto o aliado; total, cuando el alma se calienta la necesidad se enciende.
Fredy Salazar | salazarfug@gmail.com

29 May, 2017 | Si el fuego está prendido ahorita por el Este de Caracas, ¿pa´onde creen ustedes que me iba a mudar yo?, si desde que me entró este ardor pa´bajito`e´la cintura no pienso en otra cosa sino en recostarme a la candela para encenderme hasta terminar en fuego cruzado con lenguaradas de lado y lado.

Confieso que desde que estudiaba en la escuela Napoleón Narváez, allá en la Tacarigua de Margarita, he sentido una picazón tan grande entre las piernas que poco a poco se iba convirtiendo en escozor, en barullo, en ardentía; y ya más grandecito vi cómo de vez en cuando en el recreo, mientras nos juntábamos varones y hembra a jugar al escondido, se iba calentando mi verija hasta formarse una especie de bomba molotov con mecha y todo a punto de estallar, pero nunca imaginé que a futuro, eso se convertiría en una obsesión por el calor compartido cuerpo a cuerpo.

Confieso también que todas las veces que entraba a Caracas en la ida y venida a Oriente mientras estudiaba en la Universidad de Carabobo de Valencia, siempre me cogía la tentación de pedirle al chofer un desvío hacia Catia, donde la salsa anunciaba a gritos un fuego en el 23, y mi cuerpo enseguida se incendiaba tan solo con la idea de una barricada espectacular donde en un solo guateque, yo podría quemar varios de mis cartuchos, tirando zarpazos seguidos y de frente, hasta que terminara la parada y decidiéramos seguir cada quien por su camino.

Confieso que Dios me dio una habilidad espectacular para prender una candelita con tan solo un chispazo, y declaro que he sabido hacer uso racional de ella; sin embargo no escapo a la tentación de incendiar a veces más de un cuerpo público o privado, criollo o navegao, opuesto o aliado; total, cuando el alma se calienta la necesidad se enciende.

Confieso que cada vez que me convidan a trancar la calle con una fogata, por ejemplo, en las Mercedes o la Castellana, lo asocio con noches de carne asada y desde ese instante despierta mi instinto caníbal y comienzan mis pupilas gustativas a prepararse para disfrutar con placer un suculento manjar de términos medios y tres cuartos entre vinos y zambuca al fulgor de las luces y ahí mismo se me va el cristiano y me convierto en el propio diablo dispuesto a quemar por delante y por detrás todo lo que se mueva al son de la brasa.

Y finalmente confieso que no me ha ido mal, por eso tenía días que no escribía, y cuidao como no les escribo más porque si esto sigue así, ¡Ay mamá!




Contenido relacionado












Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES