Cruz Acosta. / Foto: GLADIFER ALBORNOZ | @gladiferalbornoz

9 May, 2017 | Cruz Acosta ha encontrado su inspiración en los paisajes naturales venezolanos y es difícil imaginar que otra cosa sería su musa cuando siempre ha vivido a pocos pasos de las playas pampatarenses. Este artista destacó desde muy joven por su técnica al pintar y los vibrantes colores que aplicaba sobre los lienzos.

Sus padres desde que notaron su talento y habilidades, supieron que seguiría los pasos de su bisabuelo el pintor asuntino Domingo Torcat.

Desde su infancia Cruz supo que la pintura estaba en su camino de vida y comenzó a emborronar lienzos desde que estaba en la escuela, siendo el ayudante de los profesores para las carteleras y murales. Acosta alternaba su pasión por la plástica con su culto cotidiano a los juegos tradicionales en las calles de la capital del municipio Maneiro: Por ello asegura que no pudo tener una infancia más feliz, toda vez que siempre estuvo aderezada por juegos y alegrías.

Para comenzar su formación como pintor, se inscribe en la Escuela de Arte Pedro Ángel González y se incorpora al taller Francisco Narváez que funcionaba en el Complejo Rómulo Gallegos en Guaraguao, municipio Mariño. Luego de perfeccionar su técnica es llamado para trabajar como docente en la disciplina que cultiva.

Poco después se radica en México gracias a una beca que le otorgó la Organización de Estados Americanos. En el país azteca hace una especialización en Restauración, Conservación de arte y Museografía. A su regreso llega a presidir la Asociación de Artes Plásticas de Venezuela, para posteriormente dirigir la Casa de la Cultura Manuel Plácido Maneiro y al tiempo, el Museo Nueva Cádiz. Asimismo, estuvo al frente de la Dirección de Cultura del municipio Marcano. Paralelamente, Cruz Acosta ha ejercido la docencia por espacio de 28 años en el Liceo Francisco Antonio Rísquez de La Asunción.

Acosta asegura que el artista plástico juega un papel importante en la sociedad y por tanto su obra siempre lleva impreso un tema social. Su trabajo lo describe como impresionista con mucho color y también fabulismo.

A su juicio, en la Isla hay muchos lugares donde exhibir sus obras y no como en otrora c cuando escaseaban, por eso señala que el arte se ha democratizado en eso tiene mucho que ver que existan recintos como la Unearte y la Escuela Pedro Ángel González. “Ahora hay un mercado para que el joven se dedique al arte. Antes vivir en provincia era difícil para el artista”.