25 Abr, 2017 | La situación de crisis que padecemos los venezolanos debe tener una solución perentoria y luchamos porque sea democrática, electoral y pacífica. La realidad es que estamos ante un modelo político y económico agotado y fracasado. Es una verdad que se palpa día a día y en todos los rincones de la patria.

Hablar de crisis alimentaria y de medicinas es llover sobre mojado. Más presos políticos. Esto no va a cambiar con represión, bombas lacrimógenas y con mercenarios armados aterrorizando a los ciudadanos que protestan ante el desastre. Y mucho menos se convoca a elecciones para que todos ejerzamos nuestro derecho a decidir.

Es deplorable ver como el Gobierno miente acerca de una supuesta recuperación económica y continúa soñando con un aumento sustancial de la cesta petrolera.

Esto tiene que cambiar.

Los responsables directos de esta crisis son el presidente de la República y los representantes de los Poderes Públicos. Maduro, por su soberbia y arrogancia al no reconocer la gravedad y magnitud de este desastre y los representantes del Tribunal Supremo de Justicia, Consejo Nacional Electoral con sus excepciones, Fiscalía General, Contraloría General y Defensoría del Pueblo, quienes prefieren apartarse del juramento de fidelidad a la Constitución actuando en beneficio de un régimen político que se hunde en el fango de la ineficacia, desorden, represión y corrupción.

Creemos que están a tiempo de rectificar y asumir su compromiso de acatamiento de la normativa constitucional. Es hora de que recapaciten tanto Maduro como los titulares de esos poderes públicos y eviten causar más dolor, angustia y sufrimiento a nuestra noble y valerosa gente. Llamen, convoquen a elecciones y que el pueblo decida.

Por otra parte, la Fuerza Armada debe actuar conforme lo pauta la Constitución. Esta institución es de todos los venezolanos y no tiene apellidos. Es la Fuerza Armada Nacional y punto.

En estos momentos cruciales para nuestro devenir republicano cada quien debe asumir su responsabilidad ante la historia y aportar su contribución para salir de esta crisis por la vía democrática, electoral y pacífica. A Dios y a la Virgen del Valle así lo pedimos con mucha fe, esperanza y devoción cristiana.