20 Abr, 2017 | En “Se vende vestido de novia”, de entrada… “Manuela Sáenz, La Libertadora de El Libertador”, nacida en Quito, Ecuador (1797) y muere en Paita, Perú (1856), de 59 años. Con la más alta condecoración del Perú “La Orden del Sol”. "La Libertadora" le decía Bolívar a quien Manuelita salvó la vida (25 de septiembre de 1828) acompañándole en sus guerras, con él en sus últimos años de su vida… y dice “Solo yo te amo, aunque sea en el abismo”… “No desenvaines el interior de tus sílabas viajeras, quizás traigan veneno del palacio de los dioses africanos…” “¡Tú no naciste para echarle agua a las flores!”…

En su libro “Los huesos del mar” dice: ¿Qué haces buscándote? Tus puntos de vista y el horizonte están en cualquier dirección… En “Biografía de la Calle Igualdad” “¿Por qué fue importante esa casa en la calle del Puerto de la Mar? Porque en esa casa había un taxi Chevrolet verde 1952 que era el sustento de la Familia Guerra”… y, en “La ciudad cambió tanto que ya no es mi ciudad”… Comienza diciendo “Isla, déjame que te ame mientras gira la tierra”… “Yo siento el castigo en el pensamiento pero me duele que se haya ido…”. Este es un libro en llanto de permanencia por su pueblo natal Porlamar (El Brasil). Es que si a uno le invaden un pueblo, te quitan tu música, te avasallan tu familia y, hasta tu intimidad, carajo, ¿no te va a doler? Entonces, ¿quién eres? Nadie, simplemente nadie y, para eso es el poema, una canción o una novela; combate, fuego ardiente, y victorioso del amor… ¡O es o no es!

Premios regionales, nacionales e internacionales ha ganado Lucho con su constancia y sedimentación; pequeño de estatura, pero un gigante de la palabra que sirve y nos ordena… ¡Anda, échale bolas! Felicitaciones, Lucho, al lado del recuerdo de Martina, Ñaño, Gladys Rosario y la ñapa para el inolvidable Jesús Boada Herrera, Chu… ¡Sigue, contigo, Lucho, sin desmayo, siempre, no te detengas!
¿Azul?