28 Mar, 2017 | Sin miramientos y menos remordimiento, Maduro se echará al pico a la más antigua organización política del país: el Partido Comunista de Venezuela (PCV), nacido en 1931. Nicolás logrará lo que no pudieron sus perseguidores Gómez, Pérez Jiménez, Betancourt y Leoni; lo que tampoco alcanzaron las escisiones de Douglas Bravo, Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquezy Alfredo Maneiro; y mucho menos Chávez al crear el PSUV, conformado por un chiripero de grupos izquierdistas e izquierdosos, al cual no se integró el PCV, aunque fue el primero de los partidos en apoyar a Hugo en 1998.

Y a pesar de que los marxistas-leninistas respaldaron a Maduro en las presidenciales de 2013, el actual mandatario quiere contar con una sola fuerza en el PSUV, mandando al grosero carajo a viejos amigos de lucha, entre ellos a los del gallito rojo. Para alcanzar su objetivo, Nicolás instruyó al TSJ y al CNE como ejecutores de la malévola decisión de someter a 60 partidos a un proceso de renovación de militancia, del 11 de marzo al 7 de mayo de este año, con la excepción del PSUV y la MUD.

Al PCV le correspondería validarse de último, los días 6 y 7 de mayo. Sin embargo, por voz de su secretario general Oscar Figuera, ya los camaradasdijeron que no participarán en la jornada, señalando que la sociedad burguesa y capitalista venezolana siempre ha perseguido a los comunistas, “incluso en este proceso”, en alusión al régimen madurista. Continuará Nicolás con su política de rey Midas al revés, acabando con todo lo que tenga entre manos, y convirtiéndose en insólito verdugo del pequeño pero corajudo PCV.