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La emoción de pagar impuestos
Ya sea contribución activa a través de donaciones o contribución pasiva a través del pago de impuestos, debes saber que todo es producto de tu capacidad de proveer, y que para crecer vas a tener que contribuir mucho más. Los países que pagan más impuestos, son los que mejor viven (hay excepciones, pero esa es la regla). Para mí es muy interesante ver que en Bélgica la gente trabaja la mitad del año para pagar impuestos, y sin embargo prácticamente nadie vive en miseria.
Joselyn Quintero

25 Mar, 2017 | El mes de marzo se caracteriza por ser el mes de la contribución, o mejor dicho, el mes de recordarnos a nosotros mismos lo prósperos que fuimos el año pasado. En esta semana voy a tocar el tema donde más se evidencia la relación entre las emociones y el dinero, que es la contribución.

Toda situación se mueve siempre en la polaridad: lo que para unos es una bendición, para otros es una desgracia. Lo que para unos es un defecto, para otros es una fortaleza. ¿Qué hace la diferencia entre lo positivo o lo negativo? La forma como elijas ver la situación. Hoy hablaremos de la prosperidad de contribuir:

Contribuir es honrar… el espíritu

El origen de la palabra contribuir está relacionada con rendir tributo. Rendir tributo es exaltar algo en forma de agradecimiento. En la época medieval, las familias que gozaban el privilegio de recibir dinero, lo circulaban entre los más necesitados, para así completar la alineación material-espiritual de la riqueza.

Sin ir muy lejos, en Brujas (Bélgica) donde vivo, aún siguen vigentes las denominadas Casas de Dios (Godhuizen) que eran viviendas construidas por las familias más adineradas, para dar cobijo a quienes no podían tener donde vivir. La energía de ayudar directamente a quien lo necesitaba, era más importante que la cantidad de dinero que se aportara. Dos mil años después, la neurociencia demuestra que la gente que dona dinero se muestra más satisfecha con su vida, con el mismo efecto emocional de que si le duplicaran el salario actual.

¿Por qué quienes más ganan son los que menos impuestos pagan?

Esta pregunta, que más bien parece una queja colectiva, rondó por mi cabeza muchos años, incluso antes de comenzar mi carrera de finanzas. La respuesta apareció cuando comencé a formarme seriamente en el tema de emprendimiento y comprendí que los impuestos son el remanente de lo que pagas cuando no estás ayudando activamente a tu entorno social. Y esto va relacionado con el punto anterior.

A partir de las guerras napoleónicas, los estados vieron la necesidad de convertirse en administradores de las contribuciones, para poder tomar de ello fondos que financien las guerras (gasto militar). Sin embargo, siguió prevaleciendo el hecho de que las personas y los particulares contribuyeran de forma directa al prójimo. Es aquí cuando descubrimos que todos los impuestos son contribuciones, pero no todas las contribuciones son pagadas en impuestos. Es aquí cuando aparece la palabra: Planificación Fiscal.

¿Vives en evasión o en planificación?

Cuando nos quedamos paralizados en la versión pesimista de la situación, decimos “si otros no pagan, yo tampoco”. Esto nos convierte en evasores fiscales, lo cual es un delito. Cuando nos quedamos en la versión optimista de la situación, decimos “para yo crecer, debo darme permiso de entender lo que debo hacer para cultivar prosperidad personal y en mi entorno”. Esto nos convierte en planificadores fiscales.

Contribuir es productividad

Ya sea contribución activa a través de donaciones o contribución pasiva a través del pago de impuestos, debes saber que todo es producto de tu capacidad de proveer, y que para crecer vas a tener que contribuir mucho más. Los países que pagan más impuestos, son los que mejor viven (hay excepciones, pero esa es la regla). Para mí es muy interesante ver que en Bélgica la gente trabaja la mitad del año para pagar impuestos, y sin embargo prácticamente nadie vive en miseria. Lo importante aquí es entender que ningún dinero es realmente tuyo, sólo es tuya la capacidad de atraerlo y circularlo amorosamente, poniéndolo al servicio de aquello en lo que crees.

Ya sea que quieras independizarte, crear una ONG o expandir el negocio que ya tienes, debes saber que tu prosperidad estará asociada con tu capacidad de contribuir amorosamente. Haz ya una cita con un contador profesional, ético y que trabaje por amor, para que juntos creen tu plan fiscal que te permita cambiar el acto de pagar impuestos en una experiencia positiva.

Al final, tú eliges cómo te quieres sentir, tengas poco o tengas mucho.




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