Los empresarios reclaman una verdadera libertad cambiaria. / Foto: ARCHIVO - DEXCY GUÉDEZ

18 Feb, 2017 | Ante la casi absoluta falta de inventarios o mercancía renovada, los empresarios locales proponen una libertad cambiaria real que les permita hacer importaciones sin miedo, sin restricciones ni la discrecionalidad de que en algún momento le puedan aplicar alguna ley, como la de penalización cambiaria o de control de precios, por vender productos importados bajo otra modalidad.

Teodoro Bellorín, presidente de la Cámara de Comercio, Puerto Libre y Producción del estado, considera positivo que se haya venido dando lo que llamó “desregularización de precios”, la cual se percibe en algunos productos nacionales como refrescos, enlatados, salsas y otros que, aunque son elevados para el poder adquisitivo, es lo que debe ir pasando para que se ajusten a la realidad económica.

Destacó que aun cuando los supermercados están llenos de productos importados, perciben que el Gobierno sigue sin dar muestras de confianza para que los empresarios del Puerto Libre puedan importar libremente, razón por lo que el abastecimiento se mantiene con mucho descontrol.

Ubicándose en el contexto insular, observó que las importaciones bajo el régimen de Puerto Libre continúan teniendo muchas limitantes, siendo la primera la ausencia de divisas formales y, en consecuencia, quien negocia en el extranjero lo hace a riesgo de su capital.

“Por supuesto, los precios a que ofrecen la mercancía son los que imponen la oferta y la demanda y eso está agravando la situación económica de los venezolanos”, acotó Bellorín.

Carnaval sin expectativas

Consultado sobre las expectativas para la venidera temporada de Carnaval, consideró que son más bajas que las del año pasado, justamente porque los principales visitantes son nacionales y debido a la difícil situación económica, prefieren destinar los pocos ingresos a garantizar los alimentos, dejando de lado las intenciones de recreación.

Bellorín no duda que los hoteles y prestadores de servicios turísticos están bien equipados para atender a los turistas, porque hacen grandes esfuerzos por cumplir a cabalidad con ellos.