14 Feb, 2017 | Días atrás una persona conocida, domiciliada en la Isla, tuvo una desagradable experiencia con su hijo en un centro de educación privada, por haber recibido agresiones físicas de consideración por parte de uno de sus compañeros de escuela. Ciertamente no escapa al Estado Nueva Esparta, este terrible fenómeno social que día a día causa estragos en la psicología infantil. Son muchas las victimas que sometidas a esta violencia no logran canalizar bien este comportamiento anómalo de su entorno. Es lamentable que siempre haya estudiantes más fuertes y poderosos dañando la integridad física de otros alumnos o amenazando verbal o físicamente con hacerlo.

Es indudable que la estructura familiar del niño maltratador es pieza clave en esta anomalía social, ya que sin duda viene con la imagen en su hogar, de la asimetría de poder y dominio, quizás entre su padre y su madre, o con sus propios hermanos o algún otro miembro de su familia. Resulta increíble, ahora que he buscado información sobre la materia, que se hable en el país de un promedio de 40% de los alumnos, que en algún momento de su vida escolar, hayan sufrido del bullying. Baste leer las noticias en cualquier rincón del mundo para saber cómo afecta este fenómeno, que puede derivarse incluso en suicidio de los niños o adolescentes que no logran canalizar la agresión.

No es lo mismo y no debe confundirse una simple pelea entre niños o jóvenes, ya que el elemento del acoso es el elemento del abuso de poder permanente en contra de otra persona. Escuchen a sus hijos cuando le transmitan estas irregularidades o indaguen cuando observe señales físicas de maltrato. Para lograrse una comunicación afectiva y positiva entre un niño y sus padres, la confianza del primero en sentirse oído es importante para que se active ese puente y le permita abrirse con su problema. El equipo docente de los institutos educativos, públicos o privados es fundamental para el manejo de estas anomalías. La prevención debe prevalecer en el ámbito escolar como mecanismo para evitar lamentaciones tardías. Me comentaba una colega experta en la materia, que los Consejos de Protección del Niño, niña y adolescente pueden y deben estar preparados para tomar las medidas de protección necesarias que eviten consecuencias a lamentar en este tipo de acoso. Todas las instituciones del Estado deben concretar acciones para la prevención de este fenómeno social negativo.

La educación y formación en el hogar es una pieza fundamental en un tema que se habla y se discute poco, pero que se presenta permanentemente en los ambientes escolares o deportivos y cuyas secuelas psicológicas pueden marcan la vida después de un adulto. Tan peligroso en el futuro y equilibrio de un niño es por ejemplo, el abuso sexual como el acoso escolar o bullying. Hagamos de este tema un punto de encuentro común en las comunidades involucradas para que asumiéndose el tema de manera responsable entre adultos, se evite que haya más niños o adolecentes sufriendo este calvario.