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Putin espera a Trump para iniciar el deshielo
La victoria de Trump ha sido un alivio para el Kremlin, que se esperaba lo peor en caso de que hubiera ganado la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, a la que Putin acusó de instigar la protestas antigubernamentales de 2011.
EFE

Foto: EFE

El presidente ruso, Vladimir Putin (i), ofrece un discurso. / Foto: EFE

16 Ene, 2017 | Moscú. Rusia espera como agua de mayo la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump después de que el presidente saliente, Barack Obama, aprobara justo antes de abandonar el cargo una nueva andanada de sanciones contra el Kremlin.

"Lo primero que tienen que hacer (el presidente ruso, Vladímir) Putin y Trump es reunirse cuanto antes para iniciar el proceso de deshielo", dijo a Efe Anatoli Adamishin, quien fuera viceministro de Exteriores soviético entre 1986 y 1990.

Trump no ha renegado del líder ruso ni siquiera en las últimas semanas, cuando las agencias de inteligencia le han presentado supuestas pruebas sobre la intervención rusa en los ciberataques ocurridos durante la campaña electoral estadounidense.

Esto da esperanzas al Kremlin, que declaró hace varios meses la "guerra fría" a la Administración de Obama después de que ésta suspendiera la cooperación bilateral en Siria tras el fracaso de la enésima iniciativa de alto el fuego.

Con el paso de los años quedó claro que Putin y Obama nunca llegarían ni a entenderse ni a congeniar, al contrario de lo que había ocurrido con el anterior jefe del Kremlin, Dmitri Medvédev (2008-2012), con el que EEUU lanzó el "reinicio" de las relaciones.

Con todo, la nueva tanda de sanciones y expulsiones de diplomáticos decididas por EEUU por los ciberataques, medidas que Moscú no ha dudado en calificar de "agonizantes", no será una rémora para Trump.

Ese es el mensaje que lanzó Putin al negarse a responder con medidas simétricas e incluso invitar a los hijos de los diplomáticos estadounidenses al Kremlin en las Navidades, a la espera de que el nuevo presidente asuma el cargo y descubra sus cartas.

"Por lo menos, Trump ha dicho que está abierto al diálogo. Eso no significa que quiera que nos pongamos de acuerdo en todo. Eso será difícil y no es lo que esperamos. Pero dialogar es lo que nos ayudará a encontrar una salida a situaciones difíciles", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

"Esperamos que los presidentes se lleven bien", agregó Peskov después de que Trump comentara en rueda de prensa que quiere hacerse amigo de su contraparte ruso.

No se esperan milagros, pero sí una comunicación fluida, por lo que ambas partes ya están acordando la primera conversación telefónica tras la investidura, que debería dar paso a su primera reunión.

Ninguna de las partes quiere hablar de reinicios, sino más bien de tabula rasa, ya que Trump quiere dar marcha a atrás a muchas de las políticas de Obama, lo que también podría ser un arma de doble filo en las relaciones entre Moscú y Washington.

"Trump es un pragmático. Si hubiera ganado Clinton, podríamos haber tenido enfrentamientos militares", subraya Adamishin.

Siria no debería ser un problema para la nueva Administración de la Casa Blanca, ya que el acuerdo de alto el fuego entre el régimen de Bachar al Asad y la oposición armada es un hecho y Alepo ya ha sido retomada por las fuerzas gubernamentales.

Ucrania, la manzana de la discordia durante mucho tiempo, según Adamishin, no es para Trump un "trofeo geopolítico", como sí habría sido para Clinton.

"Trump no renunciará a la hegemonía mundial, pero quiere que el liderazgo le salga más barato. El coste económico sí cuenta. Para él lo realmente importante será la política interior. Será más aislacionista", explica.

Donde podría haber problemas es en China, ya que Trump ha dicho que quiere revisar las relaciones con el gigante asiático, que es el principal socio comercial de Rusia.

"Trump tiene tres enemigos: China, Irán y Cuba. Si Rusia dice que es amigo de esos países, entonces se convierte automáticamente en enemigo de EEUU", resaltó.

Rusia aboga por el levantamiento del embargo a Cuba, mientras Trump no parece dispuesto a seguir adelante con la normalización de las relaciones emprendida con Obama si no hay claras mejoras en derechos humanos.




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