El flautista liberó a Hamelín de los ratones. / Foto: CORTESÍA

27 Nov, 2016 | Hamelín era una hermosa y rica ciudad hasta que la invadieron los ratones. Para librarse de aquella plaga, probaron de todo: gatos, trampas, veneno… pero todo fue inútil. Un día llegó un hombrecillo vestido de juglar. Dijo que sabía cómo librar la ciudad de ratones, pero para hacerlo quería un millón.

-¿Un millón? ¡Cien te daremos!- prometió el alcalde, que no había ni que hacer.

El hombrecillo sacó una flauta y comenzó a tocar. En seguida salieron los ratones de todas partes, atraídos por aquella música mágica. El flautista se dirigió hacia el mar y los ratones le siguieron. Entró en el agua y los ratones fueron tras él, hasta que se ahogaron. Entonces, el flautista fue a ver al alcalde para recibir su recompensa.

-¿Un millón por un concierto de flauta? ¡Estás loco! Como mucho te daré diez mil moneadas.

El flautista no las quiso coger. Volvió a la plaza y empezó a tocar otra vez; pero esta vez quines lo siguieron fueron todos los niños de la ciudad, embrujados por la música. El flautista los llevó a un bosque donde vivieron felices y aprendieron a cumplir siempre las promesas que hacían.