Unidad Educativa Juan Ramón Aguilera a medio construir. / Foto: GLADIFER ALBORNOZ | @gladiferalbornoz

29 Sep, 2016 | Por decisión unánime del comité de padres y representantes, los alumnos de la Unidad Educativa Juan Ramón Aguilera, ubicada en el municipio Tubores, no iniciarán el año escolar 2016-2017.

La determinación se tomó debido a que el plantel fue demolido en el año 2014 para ser reconstruido, ya que no contaba con las condiciones óptimas para funcionar. A pesar de las promesas hechas por la máxima autoridad educativa, Noris Soto, de entregar algunas aulas acondicionadas, aún a estas fechas la obra sigue sin culminarse.

Los 238 estudiantes de la institución asistían a clases en casas de familias que la comunidad de Chacachacare prestaba para fines educativos. La iglesia, la casa de la cultura, una abandonada estación policial, una panadería y un centro de computadoras hacían las veces de improvisadas aulas.

Vecinos aseguraron que, pese a los llamados hechos a la Zona Educativa, la Alcaldía de Tubores y la Gobernación, no han sido tomados en cuenta. El programa de alimentación escolar tampoco los beneficiará ahora.

Militza Brito, madre de uno de los colegiales, informó que solo iban a permitir que los docentes abrieran las inscripciones, pero que ninguno de los escolares vería clases.

“Los profesores sólo vienen a cumplir horario y a calentar las sillas. Mis muchachos no merecen ver clases en la calle”, exaltó Brito.

Asimismo, explicó que el horario en el que trabajan los educadores es de siete a nueve de la mañana. Esto le genera preocupación porque considera que los jóvenes no serán preparados suficientemente en tan corto tiempo.

La suspensión escolar en este periodo entrante sumaría cuatro años en los que los chamos de Chacachacare no se educan bajo condiciones normales.

Nutrición

Además, los padres reclamaron las condiciones sanitarias en que labora el comedor de la casa de estudios.

El espacio es reducido, no hay casi mesas ni sillas para los estudiantes y mucho menos ventilación o sistemas de enfriamiento para la comida.

Por otra parte, enfatizaron que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) no cumple con los requirimientos debidos para sustentar a los jóvenes.

“Han pasado hasta dos meses comiendo solo una arepa, así, sin nada”, indicó Keila Brito.