25 Sep, 2016 | Generalmente asistimos a conferencias, charlas y talleres donde se expone mucho material teórico, que luego debemos poner en ejecución, y eso no era lo que queríamos para nuestra conferencia “La crisis: un gran obstáculo o una inmensa posibilidad”; no se trataba de que el expositor vaciara una serie de conceptos y los introdujese en la mente de los asistentes, queríamos exponer algo que habíamos vividos, que cada uno de los asistentes había sentido y desde ese espacio encontrar una respuesta y se logró.

Por eso me siento satisfecho y, aunque es un término coloquial, eso es lo que siento.

La preparación de un evento en momento de crisis es una experiencia que te puede llevar a posponer o seguir adelante y hacerte creativo.

Dos días antes, la venta de entradas era muy baja, lo que me llevo a dos cosas: primero, a decir "la reunión va aunque esté yo solo" y, en segundo lugar, a soltar la angustia y aceptar la situación de que en ese momento se realizaba un evento político en la isla con las limitaciones que eso conlleva. El soltar y aceptar fue mágico, comenzó a fluir la venta de entradas.

Agradezco profundamente a los que asistieron porque parecían que fueron elegidos desde algún espacio, lo cual luego se evidenció en el transcurso del evento donde todo el mundo lloró y rió, sintieron, abandonaron las poses del ego y se vivió la reunión.

Comenzamos aplaudiendo para activar la alegría y despegar el espacio, luego el abrazo. Recuerdo que una señora, al decir "abrácense", de inmediato abrazó a su esposo; le dije: "primero abrácese usted, siéntase" y luego lo podrá hacer con su esposo". Nuestra tendencia es primero tratar de ayudar a los demás sin ayudarnos a nosotros mismos, eso nos convierte en falsos porque no podemos dar lo que no tenemos.

Empezamos preguntando, ¿qué es la crisis? ¿Acaso es algo malo?, ¿un castigo por comportamientos inconscientes?, ¿o es una oportunidad para aceptarla, hacernos creativos y superarla?

Respuesta en las próximas entregas.