18 Sep, 2016 | La felicidad no tiene nada que ver con el triunfo, con la ambición, con el poder; la felicidad está relacionada con tu consciencia.

Un día caminaba triste y escuché una carcajada, provenía de un chichero que iba en su bicicleta; esa carcajada me hizo despertar, aún la siento.

Las personas identificadas con lo material no van a tener la carcajada del chichero. Los banqueros, políticos y prestamistas siempre andan serios; ofrecen a sus amores costosas joyas, pero nunca una carcajada para celebrar el amor.

Nos tomamos la vida muy en serio, sin saber que es una visita a este plano para disfrutar; la seriedad se ha convertido en un sinónimo de responsabilidad, lo cual no es verdad. Y ahora una anécdota: Cuando ejercía en Caracas, me llegó a la consulta un señor muy serio para que viese a su hijo. Al final de la consulta me dijo que bajaba al carro a buscar la chequera para cancelarme, acto seguido entró una viejecita muy sonriente y me dijo: "Doctor, ¿me puede ver a mi nieto?, pero le advierto que no tengo para pagarle", por supuesto se lo vi. El señor elegante más nunca apareció y la abuelita se apareció a la semana con una hermosa gallina, desde entonces me gustan más las abuelitas sonrientes que los señores serios.

Si nos entregamos con toda nuestra energía a la alegría, el miedo desaparece. No le prestes mucha atención porque perdurará.

La alegría es la luz, la existencia protege al que confía en ella, entrégate a la existencia y permite que la alegría te llene, deja que la alegría se convierta en tus alas y así alcanzarás las estrellas. Solamente los tristes y afligidos van al infierno, están creando su propio infierno. El cielo y el infierno no están en algún lugar, están dentro de ti, tú eliges qué quieres.

Evita escuchar rumores y cosas negativas, se pegan más rápido que la gripe, te envenenan, destruyen tu alegría; si no las escuchas, darás el primer paso a una vida feliz y dar el primer paso es la mitad del viaje.

A reír jajajaja.