28 Ago, 2016 | Este jueves 1 de septiembre inicia las fiestas religiosas de la “Virgen Bonita”, con la bajada de la Virgen del Valle, es grato dedicar el artículo, a esta importante celebración del país y de la isla de Margarita, el Día de la Patrona de Oriente, de la Armada Venezolana y de los Pescadores, llamada en oriente "La más Tierna y Dulce de las Madres" y siempre la invocada antes de zarpar o lanzar la red.

"Virgen del Valle", como se le conoce popularmente, que recibió hace 105 años la corona que simboliza la realeza de la Virgen María aprobada en ese entonces por el papa San Pío X.

Una vez más el fervor de la feligresía venezolana, se pone de manifiesto para rendirse ante la sagrada imagen de la Virgen del Valle; la Isla de Margarita se sirve nuevamente como centro de concentración para que centenares de feligreses disfruten de las actividades eclesiásticas, culturales, recreativas y sociales en veneración a la figura religiosa, ubicada en su Santuario del Valle, donde en 1542, los pobladores de Cubagua decidieron ponerla a salvo de nuevos cataclismos.

En este lugar se concentraron miles de fieles y diversas peregrinaciones, hechos que permiten, que en cada aniversario, se renueve la fe y devoción del pueblo por María.
Se esperan alrededor de 40.000 visitantes en las festividades de la Virgen del Valle este año; cada vez es mayor el número de feligreses que asisten a estas fiestas religiosas.

Nosotros nos alegramos tanto de que crezca el fervor, que crezca la expresión de la religiosidad de nuestro pueblo y sobre todo, que crezcamos en valores y en prácticas cristianas y solidarias, ya que disfrutamos dando a nombre de la Virgen del Valle y recibiendo con risas, alegría, cantos para la Madre y para nuestros hogares.

Porque cada una de esas sonrisas, de esa alegría que promovemos, que disfrutamos tanto, llena también nuestros corazones y nuestros hogares ricos, ¡ricos en capacidad de ser mejores! ¡Ricos de corazón, de mejor corazón, de buen corazón, de corazón cristiano! ¡Ricos de verdad! Porque esa riqueza del alma es la que contribuye a que vivamos mejor, procuremos entendernos, procuremos resolver los problemas, las diferencias que siempre existen, promoviendo diálogo, promoviendo sentarnos a platicar, discutir, acordar y avanzar.

Es difícil, pero tenemos en esta Nueva Esparta la bendición de nuestra Reina y Madre, La Patrona del Oriente, que nos da más conciencia de familia, ¡de gran familia! y sobre todo nos hace comprender todos los días que, como familia, nuestro deber es entendernos y promover juntos, recorrer juntos, las rutas de prosperidad.