Por ranchería se extraen diariamente entre 150 y 160 kilos de tripa é perla. / Foto: DANIEL RAMÍREZ

30 Jul, 2016 | Con el inicio del periodo de veda de la tripa'e perla, las mujeres esgulladoras de este molusco en las rancherías de Punta de Piedras, municipio Tubores, se preparan para comenzar la temporada de la "patecabra" (conocida como pepitona) que inicia este martes 2 de agosto.

Aunque los ingresos de la actividad no son lo suficientemente abundantes, las esgulladoras de la ranchería “El Gran Pirata” confesaron que les gusta el trabajo que hacen a diario, el cual vienen realizando desde que eran unas niñas. Es el caso de Mairielys Narváez, quien desde que tenía nueve años se sentaba con sus padres a esgullar estos bivalvos.

Faena

Para la temporada de "patecabra" que está por comenzar, los marinos señalaron que saldrán a faenar como lo vienen haciendo para la extracción de otros moluscos.
Planean empezar los viajes antes de las seis de la mañana para ir en búsqueda de los arrastradores que llevarán un día antes para capturar la pata'e cabra.

Ventas

Esgulladoras y marinos esperan que en agosto mejoren las ventas con la extracción de la "patecabra", a diferencia de las últimas semanas que han reportado bajos ingresos.

“Los clientes llegan, preguntan por el precio de la tripa'e perla y cuando uno le dice cuánto cuesta, la mayoría lo que hace es quejarse y se van, no nos compran nada”, expresó Mairielys Narváez.

Un kilo de tripa'e perla fresca tiene ya un valor de 700 bolívares en las rancherías.

Revendedores

Más que turistas y consumidores directos, son los revendedores quienes adquieren los productos marinos ya esgullados en las rancherías de Punta de Piedras, así lo indicaron las trabajadoras.

Comentaron que por un lado eso es bueno porque “vendemos el producto”, pero que por el otro -según refieren- el que gana más es el revendedor, pues lo ofrece a un precio mucho más elevado, sin haberse esforzado tanto para obtenerlo.

Tripa e' perla

Este molusco se consume en todo el oriente del país, particularmente en la isla de Margarita, donde se cocina de diferentes maneras. Se saca utilizando las técnicas de pesca artesanal como las rastras o el buceo para la extracción manual. Está prohibida la captura de este molusco cuya concha sea menor de cinco centímetros de longitud, con el fin de preservar el recurso.