30 Jun, 2016 | En la novela de Orwell titulada 1984, el Minitrue (en inglés true significa verdadero) es el ministerio que crea las mentiras que se convierten en verdades oficiales del gobierno. En la Venezuela bolivariana no existe un Minpopoverdad, pero en la práctica esas funciones son asumidas por Jorge Rodríguez. Para quien lo dude, bastaba con haberlo visto el lunes pasado ofreciendo la versión oficial acerca de lo ocurrido durante la validación de firmas para el revocatorio. Con el mayor desparpajo afirmó: “la oposición cometió el más grande fraude que se haya conocido en la historia electoral”. Impasible, rostro ingrávido, verbo preciso y fluido, risita irónica; Rodríguez mentía.

Quienes conocemos los abusos del presidente Maduro y sus secuaces para tratar de impedir la celebración del revocatorio, quienes podemos suscribir el memorial de agravios del siniestro Joe Uzcátegui (representante local de la Banda de las Cuatro del CNE) en contra de miles de neoespartanos; sentimos grandísima indignación frente al descaro ruin de Rodríguez. Sin embargo, al final entendemos que así es como actúan los regímenes con vocación totalitaria; entonces, la indignación se convierte en fuerza para insistir en el empeño de cesar a Nicolás Maduro en el ejercicio de la presidencia.

Las mentiras ya no funcionan. La inflación mantiene un ritmo endemoniado, la delincuencia se desborda sin compasión, el hambre muerde en los estómagos con una ferocidad que asusta, duele y mata. El país se cae a pedazos. El presidente Maduro manda, gesticula, adopta poses hieráticas; pero no gobierna, es un motor sin transmisión. Este gobierno caducó. Nicolás está desnudo, hay que revocarlo para comenzar la reconstrucción.