En las largas colas se registró un buen número de usuarios desvanecidos, que fueron atendidos por bomberos / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

29 Jun, 2016 | Dos paquetes de harina de maíz, dos de pasta, margarina y un pote de lavaplatos, fueron algunos de los artículos que motivaron a que cientos de neoespartanos salieran a las calles para agolparse a las afueras de los supermercados, esperando la venta de los productos, con los que esperaban surtir la despensa familiar.

Muchas de las personas empezaron a acercarse a las adyacencias de las grandes cadenas de supermercados en la madrugada. Algunas desde las 4:00 a.m. con la esperanza de ser uno de los primeros. Sin embargo, la carrera por los productos básicos no es sencilla.

Rosaura Rodríguez, de Porlamar, relató que a su llegada a Rattan de la 4 Mayo, fue “corrida” junto a un gran grupo de personas por funcionarios de seguridad para evitar que iniciaran la cola desde la madrugada, anunciando mediante parlantes que la organización iniciaba a las seis de la mañana.

Pero llegada la hora, centenares de personas se agruparon en dos colas, adultos mayores a la derecha y el resto a la izquierda. El orden impuesto por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) quiso ser irrespetado en varias ocasiones entre empujones y algunos alborotadores durante toda la jornada.

Sin distingo de edad, niños, jóvenes, adultos y tercera edad, se fusionaron en un solo clamor, la necesidad por comprar los productos básicos. Para algunos es inevitable hacer la cola, pero durante las interminables horas hasta ingresar al establecimiento reclamaban y denuncian las peripecias para comprar el alimento.

“Tenemos hambre, Tenemos hambre”, eran muchas de las expresiones que fueron vociferadas por quienes aguardaban su turno. La situación en Rattan de la 4 Mayo se replicó en la sucursal de la avenida Jóvito Villalba, donde aproximadamente a las 11:00 a.m., según contó Carmen Salazar, residente de Los Cocos, bajaron las santamarías porque se “formó una sanpablera”.

Para el mediodía Salazar, quien dijo ser paciente oncológica, seguía a las afueras del supermercado, junto a unas cuantas mujeres, con la esperanza de que retomaran la venta y poder comprar “aunque sea dos harinas”.

Las largas colas fueron una constante. En Central Madeirense de la avenida Bolívar, se presentó, si se quiere, una mayor cantidad de personas, dando paso a la ocupación del estacionamiento posterior al centro comercial donde funciona el supermercado y donde se evidenciaron pequeñas escaramuzas provocadas por “coleados”, que fueron atendidas por los GNB y la ciudadanía que estaba en la fila.

Las historias en las largas colas hablan de padeceres y angustias; hay quien las hace por necesidad y otros para “bachaquear”. Pero Javier Márquez, de Porlamar, quiso exponer su caso. “Tengo tres hijos y una esposa por los cuales velar, y aquí estoy desde bien temprano porque en mi casa no tenemos que comer. Los productos ‘bachaqueados’ son incomprables con mi sueldo”.

Decretos

En 2015 al menos tres gobernadores de los estados Yaracuy, Bolívar y Falcón, militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), prohibieron a los ciudadanos hacer colas durante la noche para comprar alimentos, así como pernoctar en la afueras de los establecimientos como supermercados y farmacias en busca de víveres y medicinas.