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20 de abril de 2024





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Marinos dedican sus vidas a la extracción de moluscos
Salen a bordo de peñeros, desde Punta de Piedras a la bahía de Charagato para extraer pepitonas y madreperlas. Un trabajo duro que se hace cotidiano.
Angélica Villarroel

Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

Al superar la cantidad de cestas los marinos no les queda otra opción que arrojar en el propio peñero el resto de los productos. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

30 Abr, 2016 | A bordo del peñero “Doña María I” se encontraban los marinos Jesús Rivero y Xavier Canelón llenando y desembarcando cestas de pepitonas, conocidas popularmente como “pat'ecabras”, y madreperlas para llevarlas a las rancherías de Las Mercedes, en Punta de Piedras.

Rivero, de 45 años, contó que extraer estos moluscos “es un trabajo mucho más fuerte que el que realizaba anteriormente, que era en la construcción” y que genera buenos ingresos económicos.

Canelón explicó que trabajan este oficio de martes a sábados, desde muy tempranas horas de la mañana. “Salimos a las cuatro de la madrugada y dependiendo de cómo esté el tiempo puede que regresemos antes o después del mediodía”.

Indicaron que van acompañados del dueño de la embarcación, Jesús Frontado, y otros cuatro marinos hacia la bahía de Charagato situada entre Coche y Cubagua. En algunas ocasiones cambian de sitio y deciden ir a zonas más cercanas como La Plancha en Punta de Piedras y Guayacancito.

EN EL SITIO
Al igual que otros pescadores, estos marineros también cargan con sus termos de café y su garrafa de agua al momento de emprender una faena.

Canelón detalló que una vez que llegan al sitio de la captura de los moluscos, “nos preparamos para lanzar las rastras en el fondo del mar; luego que sabemos que están llenas, las elevamos para echar las pepitonas y la madreperlas en las cestas para después lanzar nuevamente las rastras al agua”.

Comentó que para llenar 60 cestas con estos frutos del mar, se debe hacer como mínimo 20 arrastres.

EN LA ORILLA
Una vez que los marinos desembarcan las cestas con los moluscos en las rancherías de Las Mercedes, el resto de sus compañeros se encarga de la cocción de los bivalvos, que posteriormente llegarán a las manos de las mujeres que los esgullan.

José Guaiquirá dijo que su función como cocinero empieza en el momento que divisa “el bote cuando está cerca, para luego poner a calentar el agua en lo que nosotros tenemos como cocina y así cuando los marinos desembarquen el producto, el agua ya esté caliente para hervir por 10 minutos las pepitonas y la madreperla”.

Precisó que introducen al agua caliente un aproximado de cuatro kilos, lo que equivale a una cesta, “y al momento de retirar los moluscos de la candela debe ser dos personas que lo bajen, porque es pesado”. Mencionó que también se dedican a montar el mesón donde esgullan el producto.




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