Las paradas estaban repletas a primera hora de la mañana. / Foto: DANIEL RAMÍREZ

24 Feb, 2016 | El traslado de los privados de libertad que se encontraban en la cárcel de San Antonio afectó la vida cotidiana del neoespartano. La falta de comunicación para la ejecución de este plan dejó a más de uno varado.

Situación que generó gran ausentismo laboral ya que muchas empresas reportaron la ausencia de empleados, puesto que la tranca en la avenida Juan Bautista Arismendi generó que muchas unidades de transporte limitaran sus rutas o simplemente no salieran a trabajar.

Los más afectados fueron los ciudadanos que residen en los municipios Tubores, Península de Macanao, Díaz y García, y que trabajan en el municipio Mariño y Maneiro.

Ana Luisa Rodríguez, residente de Boca del Río, manifestó que logró llegar al trabajo porque un primo le dio la cola hasta el centro de Porlamar y se comprometió a llevarla de regreso. “El sale mucho más temprano que yo pero hablé con mi jefe que era eso o simplemente no iba porque no pensaba pasar penurias en el terminal para regresar a casa”.

Por su parte, la autoridad única de Educación en el estado Nueva Esparta, Noris Soto, reseñó que los municipios que se vieron afectados por e traslado de los presos fueron García y Gómez.

Explicó que en la jurisdicción donde se encuentra ubicado el retén de San Antonio se suspendieron las clases en todos los niveles para evitar que los alumnos y los docentes estuvieran expuestos a cualquier cosa que pudiera suceder.

Asimismo, dijo que el municipio Gómez hubo asistencia parcial derivado a las trancas que se registraron en esta zona de la isla de Margarita.

Indicó que en el resto de las escuelas neoespartanas las clases se mantuvieron en total tranquilidad y con pocas inasistencias de niños y docentes por lo que sucedía en la avenida Juan Bautista Arismendi.

Pedro Augusto Beauperthuy, rector de Unimar, también indicó que habían registrado inasistencias de alumnos y docentes debido a la tranca de esta importante arteria vial.
Enrique González, quien labora en un abasto en San Antonio, explicó que el autobús lo dejó a varios kilómetros de la tranca y tuvo que caminar bajo el sol para llegar hasta su trabajo.

“Me parece bien que desalojen ese antro de malandros, pero lo que está mal hecho es no informar a la población. Yo soy fuerte, pero me parte el alma ver a viejitos caminando largos trechos, eso se puedo evitar si informaran a tiempo”.

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Nur Makarem, encargado de la tienda Mi Estrella, indicó que esta acción desestabiliza el comercio. “Ya estamos golpeados y de paso nos hacen este tipo de cosas. Eso nos da muy mala publicidad”.