13 Feb, 2016 | Luego de un periodo de reposo posoperatorio regresamos a las, desde hace ya tanto tiempo, familiares páginas de Sol de Margarita y verter algunas ideas en torno al problema que nos afecta a quienes aquí vivimos. No es otro sino el del porvenir inmediato de la colectividad, y las respuestas que vaya a dar, tiene que dar el gobierno, frente a la seria, complicada y peligrosa crisis económica. Pero el gobierno del Presidente Maduro, pese a su postura pugnaz frente a sus numerosos adversarios, el relativo aislamiento en que se halla, la incapacidad para metabolizar el resultado de las elecciones del 6-D, no será capaz por sí solo, aunque lo pretenda y llegue un momento a convencerse, ya ni siquiera para buscar salidas al oscuro túnel de la crisis donde estamos sumidos, sino de estructurar un amplio, urgente, concreto programa de gobierno de nacional consenso para sobrevivir. Así de claro. No se trata de avanzar como otras tantas veces en el pasado reciente, con pasos retóricos, atribuyendo al "enemigo externo" y a la sempiterna conspiración la causa de los males que nos aquejan. Esa fórmula para cabalgar las olas de la crisis, de tan gastada, hoy es risible e improductiva. La respuesta a la crisis, por parte de ambos sectores, ha sido de naturaleza política. En el forcejeo se ha desembocado en un choque institucional a causa del decreto sobre la emergencia económica... Si bien dentro del campo del derecho constitucional, podría razonablemente decirse que el TSJ, en su Sala Constitucional, poseería las facultades para determinar la constitucionalidad de leyes y decretos, y zanjar conflictos entre poderes, pues no menos razonable es afirmar que el TSJ fue designado por una asamblea al término de su mandato. Sea como fuere, lo sustantivo ahora es buscar, mediante el mecanismo, insustituible y obligante del diálogo entre todas las partes, la vía para enfrentar y atenuar la crisis. Un enfrentamiento entre poderes, con el rancho ardiendo, y las llamaradas de los problemas acercándose a un punto explosivo, es además de estéril, extremadamente peligroso.