9 Feb, 2016 | Entre las pocas iniciativas del chavismo que han logrado merecer el reconocimiento general, sobresale la flota de autobuses chinos Yutong, que aligera las penurias de los ciudadanos en casi todo el país por llegar a buen tiempo y salvos a sus destinos.

En Margarita y Coche los buses rojos representan un alivio para los neoespartanos, ante la progresiva disminución de la flota de unidades en las líneas de transporte de la región. Los vemos entre cinco y seis de la mañana y hasta cerca de las nueve de la noche, recorriendo las calles insulares, en ida y vuelta al terminal de Porlamar.

Siempre abarrotados, en ellos los viejitos y discapacitados viajan gratis y los demás usuarios aprovechan la ganga de pagar 15 bolívares, por debajo de los 30 bolos que cobran los particulares en las paradas cortas, amén de la alta factura de las rutas largas y de las especulativas tarifas de los taxis en Margarita, que parecen propias de países no petroleros.

No obstante, aquí van unas consideraciones para optimizar el servicio, empezando por el gobernador, que debe instar a la policía insular a mantener un chequeo cercano a las unidades en camino, para que no se conviertan en usuales los intentos de atraco, como ocurrió recientemente en un bus en vía a La Isleta.

Además se debe instruir a los conductores a estar más atentos al buen comportamiento, llamando a botón a los zagaletones (en uniformes de bachillerato) que escandalizan con palabrotas y acciones; así como también a hacer respetar los asientos destinados a los mayores. Y por último, a no fastidiar con altisonantes reguetones a los viajeros. Por lo demás, todo bien.