9 Feb, 2016 | Hay que debatir y definir la vía para salir de la crisis. Ya son muchas las voces que plantean que Maduro no da para más. Sus ofensas contra Lorenzo Mendoza son más de lo mismo y eso indica que no hay ninguna tendencia rectificadora ni de diálogo, mientras la situación empeora cada día. Estamos en presencia de un gobierno manejado por una camarilla que trata de mantenerse a costa del sacrificio de todos y eso es insostenible para la vida de la nación. ¿Cómo se puede dialogar con quienes no quieren sino imponer su política y sus posiciones?

Ahora, lo importante es la consecución de una salida constitucional, pacífica, y electoral que cause menos traumas a un país saqueado.

Unos plantean que Maduro debe renunciar por su incapacidad. Otros consideran que el referendo revocatorio es la vía, mientras que algunos recomiendan una enmienda que recorte el período presidencial y por último, existe la propuesta de la Constituyente.
Vistas así las cosas, todas las alternativas mencionadas tienen sus beneficios y desventajas en los campos político y electoral. Tal situación amerita que la oposición dé inicio a una jornada de asambleas en todos los estados para escuchar las opiniones de dirigentes, militantes y ciudadanos a quienes les interesa el futuro de la patria. Establecer una agenda y fijar fechas para su ejecución. En esta oportunidad no se debe imponer la posición de ningún partido ni agrupación de partidos. Esta debe ser una decisión nacional. Salir de la crisis es un problema de todos.

Una política de unidad nacional por la refundación democrática y la reconstrucción económica es lo justo y conveniente. En esa política cabemos todos, incluso quienes equivocadamente, por una razón u otra, le han dado apoyo a este desastroso modelo político y económico.