6 Feb, 2016 | Quiero comenzar agradeciendo a los más de 500 lectores que compartieron el artículo de la semana pasada en sus redes sociales. Esto no solo retribuye lo que amorosamente ofrezco, sino que además se convierte en inspiración para seguir sembrando semillas de riqueza en cada uno de los que me leen, incluyéndote a ti.

Esta semana continúo ofreciendo formas simples y fáciles de crear riqueza, pero ahora enfocándonos a la forma de interactuar con el entorno.

Creando riqueza desde la limpieza

Muchas veces pensamos que necesitamos vivir en un lugar determinado para tener calidad de vida. En realidad, la calidad de vida es algo que co-creamos, es decir, que podemos crear donde quiera que estemos hoy. Muchas personas que visitan países con altos niveles de calidad de vida se sorprenden de lo limpias que están las calles. Pero la limpieza no proviene de un gobierno que limpie, sino de unos ciudadanos acostumbrados a vivir en orden. Eso es riqueza.

La limpieza y el orden es un trabajo del ciudadano, no del gobernante de turno. Y siempre hago una comparación odiosa entre el estilo de vida que tenía en Venezuela, y el que tengo ahora en Bélgica. Aquí guardo la basura en casa por una semana en bolsas especiales completamente cerradas. La basura solo la puedo colocar frente a la casa el día que la recogen y soy responsable de esa basura hasta que llega el camión a recogerla. Si el camión no pasó, debo volver a guardar la bolsa de basura en casa. Y no importa si el vecino lo hace o no, es mi deber y punto.

A lo mejor ahorita no tienes mucho dinero, pero ¿te haces corresponsable de tus desechos, o lo lanzas al piso sin importarte nada? ¿Piensas que el orden y la limpieza del entorno es una tarea tuya, o del gobierno de turno? ¿Asocias falta de dinero con un entorno sucio o desordenado?

Creando riqueza desde los desechos

¿Sabías que el 99% de los desechos son completamente recuperables? ¿Sabías que hay países desarrollados que compran desechos, porque de ahí sacan la materia prima para muchos productos, incluyendo energía? Esto lo aprendí ayudando al ingeniero Guillermo Gómez Zapata en una presentación de su proyecto Peaba.net en Perú, para una jornada internacional de higiene ambiental.

Existen métodos de transformación de desechos en energías, tales como el biodigestor, donde ya no dependerías del gas tradicional para cocinar. También existen métodos de construcciones ecológicas muy eficientes, tales como la permacultura. Irónicamente, estos conceptos existen en Latinoamérica y en Venezuela, pero culturalmente le damos más valor a aquello que cueste dinero (y es por eso que los países desarrollados siempre nos llevarán ventaja).

Con frecuencia olvidamos que vivimos en un ecosistema, y que eso que hacemos al entorno, realmente nos lo estamos haciendo a nosotros mismos. Cada vez que te quejes de que algo no funciona, pregúntate cómo puedes mejorarlo, corregirlo, arreglarlo. Muchas veces preferimos sentarnos a esperar que el gobierno repare la tubería rota que está frente a la casa, que reunir entre los vecinos y repararla juntos. Ser un cocreador activo es crear riqueza conscientemente.

Creando riqueza desde lo que no tenemos

Viví ocho meses en Estados Unidos y llevo cuatro años viviendo en Europa. De ambas experiencias, lo que más disfruto es darme cuenta de las cosas que no necesito. Entro a las tiendas a ver si algo me falta, y casi siempre salgo con la satisfacción de no necesitar nada. Liberarnos de la palabra "necesito" es una forma de preparar nuestra mente para valorar lo que ya tenemos, además de que nos permite poner el dinero en aquello que realmente nos mejore la vida.

La nueva tendencia para el siglo XXI está en el tributo al espacio, en el minimalismo. Por un lado, las empresas más poderosas del planeta tienen muy pocos activos: Facebook no tiene redactores, Uber no tiene vehículos y Airbnb no tiene propiedades. Por otra parte, los multimillonarios del siglo XXI no tienen castillos sino que donan su dinero, porque la contribución está relacionada directamente con la felicidad.

Sin embargo, la gente sigue acumulando cuanta cosa ve, incluso si la utiliza una sola vez o peor aún: "por si acaso". Con el tiempo, se convierten en esclavos de sus bienes. Es la gente que prefiere quedarse en casa cuidando que no vayan a robar sus cosas materiales, en lugar de utilizar ese dinero en unas buenas vacaciones que les reconforten el alma, los reconcilien con la abundancia del planeta y los hagan conscientes de su riqueza interior.

Aunque suene duro, nuestro entorno es un reflejo de nuestro sistema de pensamientos y acciones. Vivimos en un planeta que no tiene esquinas, donde todo gira y regresa. Quien se enfoca en lo que tiene, pensará bien, hará el bien a todos y vivirá bien. Quien se enfoca en lo que no tiene, pensará mal de todos, dañará lo que tiene y criticará al que viva bien, manteniéndose a sí mismo en la miseria, sin importar dónde viva ni cuántos títulos universitarios tenga.

Todos disponemos de los elementos básicos para lograr lo que soñamos, porque a todos nos fue dada la vida, una poderosa mente y 24 horas cada día. La riqueza es un trabajo de valor personal que luego se manifiesta en el entorno.

Tú puedes crear un entorno de riqueza desde hoy, tengas poco o tengas mucho.

(*) Joselyn es asesora en finanzas corporativas, psicología financiera y neuroeconomía. Es conferencista internacional y autora del libro "Semillas de riqueza". Sabe convertir el dinero en una energía de amor para los que cambian el mundo, mientras disfruta de una vida simple. Conócela en www.JoselynQuintero.com