30 Nov, 2015 | Salga sapo o salga culebra este 6 de diciembre, la histórica fecha debe marcar el inicio de una nueva etapa democrática en donde todos los sectores del país juntos puedan ir despejando caminos para mejorar la economía actual. Parte importante de un proceso de recuperación económica es la confianza que en las instituciones tengan nacionales y extranjeros para participar en un aparato productivo actualmente debilitado. Una demostración, por ejemplo, de imparcialidad y profesionalismo para manejar y canalizar los resultados en el CNE, ayudaría a levantarnos la imagen ensombrecida por dudas y recelos que desde adentro y fuera del país nos llegan en las últimas semanas. Una oposición "unida" en la llamada MUD aceptando los resultados también indica madurez de un sector alejado de las instituciones del poder desde hace más de 15 años y un gobierno que de manera pacífica y democrática reconozca la palabra de la voluntad popular del próximo domingo completarían el triángulo de un país preparado para encarar un difícil año 2016. El gobierno no puede seguir dejando en el congelador las medidas que a gritos vienen reclamando no solo los expertos sino toda la colectividad en general, desde amas de casa, pasando por obreros, profesionales, campesinos, comerciantes, industriales y cualquier ramo o sector que hace vida diaria en una Venezuela golpeada por la omisión de decisiones necesarias para encausar al país en el mediano plazo hacia mejores expectativas. La calidad de vida de todos está debilitada por la ineficiencia de las instituciones, más allá de un problema específico de falta de fondos por la caída de los precios del crudo. Es bien sabido que el problema no se limita a esa brusca caída sino a un sinfín de malas políticas que han ensombrecido la senda del crecimiento que disfrutamos hasta hace unos pocos años atrás.