Los expendedores de carne en la entidad confirman la desaparición del pollo. / Foto: DEXCY GUÉDEZ

30 Nov, 2015 | Nuevamente se comienza a evidenciar la escasez de pollo y sus cortes en los refrigeradores de las diferentes carnicerías que existen en el mercado regional, de donde desapareció el producto desde la semana pasada.

Consultado al respecto, Gustavo Santiago, presidente de la Asociación de Carniceros de Nueva Esparta (Asocarne), confirmó la situación de desabastecimiento, pero enfatizó no tener mayores detalles al respecto.

Sin embargo, algunos distribuidores de ese tipo de rubro aseguraron que la falta de despacho que vienen enfrentando desde hace algunos días, es consecuencia de la grave situación que enfrenta el sector avícola a escala nacional, por falta de alimentos y otros insumos importados para la cría de pollos.

Además explicaron que la situación se les complica porque no pueden tener mucho inventario para no ser juzgados como acaparadores por los representantes regionales de la Superintendencia de Costos y Precios Justos.

Otras las dificultades que presentan es que no pueden comprar el producto a un precio para que se les quiera obligar a venderlo a pérdida. A la escasez no parecen verle solución en el corto plazo.

Despachos interceptados

Los expendedores de carne en la región insular aseguran que otra situación que complica el desabastecimiento es la interceptación de las cavas y camiones con despachos para Margarita, en algunos puntos de tierra firme.

Precisaron que la semana pasada, fue interceptado por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y del Sundde, un camión refrigerado cargado con pollo para surtir las carnicerías de Margarita.

Este viernes le tocó el turno a un camión con huevos que venía desde tierra firme hacia la Isla, obligando a los tripulantes del mismo a vender el cartón a 420 bolívares, generando pérdidas a la empresa que los produce y despacha.

No al acoso

Los distribuidores de carne en la región manifestaron solidaridad con los productores
avícolas y reiteraron que prefieren no recibir los pocos despachos que están entrando, para no correr el riesgo que los obliguen a venderlos al llamado precio justo, teniendo que enfrentar las pérdidas que eso les acarrea.