27 Nov, 2015 | Nos comentaba Doña Elodia los múltiples y variados comentarios, que en compañía de sus fieles colaboradores El Gavilán y El Toro, han podido recabar a lo largo y ancho de la geografía isleña, a propósito de las parlamentarias del 6D. Entre muchos destacan: * Que tanto la diligencia oposicionista como la chavista se consideran ganadores absolutos: ¿Quién maneja los números verdaderos? ¿Está la oposición nuevamente mintiendo, o ahora miente el chavismo? *Que la gente no entiende como la oposición puede hablar de cambio con los candidatos principales que presentan: ¿Acaso no son los mismos adecos, aquellos que desde que el arcoíris era blanco y negro, han sido sus consecuentes representantes? * ¿Por qué si, de acuerdo a las referencias electorales, es un hecho irrefutable la división uno y uno por la lista, el chavismo no colocó a Dante Rivas como principal por el circuito 1 para asegurar los 2 diputados que se eligen en ese circuito electoral. Afirman que eso sería un tiro al suelo, ya que el exministro es hoy por hoy, junto al gobernador, el chavista de mayor arrastre electoral con que cuenta la tolda roja en el estado. *Que la oposición considera innecesario hacer campaña, ya que aspiran ganar con el voto castigo que proporcionarían las colas, la inseguridad y el descontento de los propios chavistas con los gobiernos de Maduro y Mata: ¡craso error! ¿Y el sentimiento chavista del pueblo no cuenta? ¿Y el apego a sus misiones qué? Además, quiéranlo o no, Maduro, Diosdado y Mata ejercen un liderazgo duro dentro del Chavismo. ¿Chavista votando por escuálido?... Yo te aviso Chirulí. *Que no se explica como la oposición con supuestamente 30% de ventaja en las encuestas, se niega a firmar el documento de reconocimiento de los resultados del 6D y ahora arremeten contra la observación del Unasur. *Que según la oposición, si argentina pudo, Venezuela también; en cambio el chavismo afirma que no hay nada ni nadie más diferente a un venezolano, que un argentino y rematan afirmando que joropo no es tango, ni se baila igual.
Por ahora está bueno, hasta el próximo Zaperoco.