24 Nov, 2015 | Aunque se dan golpes de pecho por su remedo de revolución y a la vez vociferan como mitómanos que vivimos mejor gracias al actual régimen castrocomunista, lo cierto es que los candidatos oficialistas a la Asamblea Nacional no quieren salir retratados en avisos con Maduro, por un gran temor a ser vinculados con el mandatario y su círculo más cercano, que les significaría una dolorosa pérdida entre sus escasos votos.

Muy sonrientes, cuales aspirantes a Míster o Miss Venezuela, aparecen los abanderados de Maduro en las piezas publicitarias pautadas en los medios impresos y portales, mostrando el amplio corazón que tienen hacia el Socialismo siglo XXI, pero por ninguna parte se asoma la cara presidencial y mucho menos su bigote, ni siquiera como imitación de los ojos del sabanetero.

La especie se repite aquí en Nueva Esparta, con los candidatos del PSUV y sus apéndices con los dientes pelaos y sin argumentos que ofrecer a los electores para conquistar sus preferencias el 6D. Hasta apuestas se tejen entre jugadores de parley, sobre si habrá algún aspirante a la Asamblea Nacional en la región que se atreva a exhibirse en propaganda con Maduro, en su defecto con Cilia Flores o hasta con Diosdado Cabello.

Los apostadores dicen que también es válido que digan que son los candidatos de Maduro, siendo muy reacios los enchufaos a la exigencia, prefiriendo llamarse hijos de Chávez, y negando cualquier asociación afectiva con el mandatario, a pesar de representarlo con sus nombres en la boleta electoral, argumentando como excusa la frase aquella: "lo conozco bien, pero no lo trato".