30 Ago, 2015 | La electricidad, hoy por hoy, es considerada uno de los indicadores puntuales del desarrollo socio económico de los conglomerados humanos. Tanto es así, que en los instrumentos para la recaudación de datos y estadísticas, tales como encuestas, sondeos, registros, entrevistas y otros, aplicados a la población, uno de los ítems irremplazables es el relacionado al suministro y consumo de energía eléctrica.

Es importante reseñar la relevancia que tiene el servicio eléctrico para el desarrollo social de los pueblos, sobre todo porque su empleo se ha diversificado tanto en el uso doméstico como el industrial. En el hogar, su extenso uso abarca desde el alumbrado, hasta el funcionamiento enseres y equipos de cocina, aires acondicionados, ventiladores, TV, computadoras, neveras, aspiradoras y pulidoras, refrigeradores y otros equipos domésticos, insustituibles en la vida moderna.

En la industria, el servicio de energía eléctrica es indispensable para mover todo el aparato manufacturero, turístico y comercial, desde la sencilla máquina marcadora de tarjetas hasta complejos sistemas computarizados que forman parte del proceso productivo a gran escala.

Como se infiere de la descripción precedente, la energía eléctrica mueve el motor en todo el ámbito de desarrollo económico y social. De allí radica la importancia del servicio.

Pese a esta relevancia de la electricidad, la calidad de este servicio en Nueva Esparta raya en lo deficiente, lo cual se puede notar a simple vista en la cantidad de obras de infraestructura de tipo hotelera, residencial y comercial que se encuentran paralizadas o sin funcionamiento, debido a la incapacidad plena del servicio eléctrico, lo que redunda en un evidente estancamiento y marcado decrecimiento del desarrollo económico y turístico del estado Nueva Esparta.

Recordamos con cierta nostalgia y no menos amarga frustración, la expectativa que nos proporcionó el anuncio de la construcción de un segundo cable submarino, el cual iba a resolver por completo las fallas del servicio en toda la geografía de los 11 municipios del estado Nueva Esparta y que, inclusive, “íbamos a tener energía hasta para regalar a Sucre”. Efectivamente, el cable se sustituyó pero el servicio siguió presentando deficiencias y a la fecha de hoy, la cosa está peor. Aunque aquella ocasión se resolvió parcialmente el problema, el crecimiento habitacional y el empuje social y comercial registrado en la isla, han rebasado la transitoria solución y, nuevamente, plantea una demanda que se debe prever tanto a corto como a mediano y largo plazo, de manera de dar una solución efectiva y definitiva a la situación, que permita a que este pujante pedacito de tierra venezolana, disfrutar de un servicio eléctrico de calidad, sin interrupciones ni altibajos en la frecuencia de
voltaje.

Pensamos que una forma de mejorar el suministro de energía eléctrica, aminorar su costo en la población y mejorar sus empresas, pudiera estar en el fortaleciendo del sector, a través de la eliminación de las pérdidas de energía -robo de energía- eliminar la corrupción, transformado las fuentes de generación mediante el uso eficiente de los recursos no renovables que pertenecen a la Estado y cambiando hacia el uso de fuente primarias de energía renovables, con las innovaciones tecnológicas. Manteniendo su integración vertical: Generación – Transmisión – Distribución- y horizontal – en todo el territorio regional.