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El semáforo de Los Conejeros
De verdad que la idea de eliminar el control del semáforo es macabra. Parece ser que es la mala leche que acompaña a los habitantes de Los Conejeros en el asunto vial.
Pedro Salima| psalima36@gmail.com

31 Jul, 2015 | A partir de las cinco y media de la tarde, nunca más allá de las seis, y hasta la medianoche, estando usted en el cruce de la calle Lozada con la avenida Francisco Fajardo, Los Conejeros, con el semáforo con sus luces intermitentes, está en plena libertad de mentarle la madre a las autoridades responsables de controlar al aparato que debe contribuir al orden vial. Para mala leche no tiene al funcionario responsable de quitarle la luz al aparatico. A lo mejor, si usted estuviese en Londres de 1868, cuando el primer semáforo del que se tiene noticias y que servía para el control de la vía ferroviaria, era operado manualmente por un policía, podría bajarse de su vehículo y buscar al personaje y caerle a piña, por escribirlo decentemente. El acto, aunque agresivo, hubiese sido en defensa personal.
¿A quién se le ocurre que en una avenida muy traficada, con automóviles que corren a alta velocidad de un lado a otro, se debe eliminar el control del semáforo al colocarlo con luces intermitentes? ¿En qué oficina gubernamental nació tan macabra idea? ¿Será que el genio de la idea tiene una funeraria o un taller de latonería o vende terrenos en el cementerio o su hijo es traumatólogo? Algún motivo debe empujarlo a tan terrible acción.
Cruzar en un automóvil en esas esquinas es un peligro. Los nervios envuelven a cualquier conductor y les paraliza o les lleva a acelerar a la buena de Dios, encomendándose a la buena suerte. De verdad que la idea de eliminar el control del semáforo es macabra.
Parece ser que es la mala leche que acompaña a los habitantes de Los Conejeros en el asunto vial. Si mal no recuerdo fue en el año 2010 que salió la primera nota de prensa solicitando a las autoridades con urgencia un semáforo peatonal en la avenida José Asunción Rodríguez, para garantizar un paso seguro hacia el Mercado Municipal. Para esa época se habían dado varios accidentes con saldos fatales. Desde entonces, los atropellos se han incrementado; tanto como los muertos, heridos y choferes que se dan a la fuga. Nadie responde por lo sucedido. En lo particular me he referido al tema en otras oportunidades. Hasta el momento las autoridades siguen haciéndose los que nada saben del asunto. Apenas han trazado unos rayados para paso peatonal, pero los mismos son irrespetados por conductores que manejan como si llevasen el diablo en sus entrañas.
El semáforo ha venido mejorando a lo largo de los años en el mundo. Miles de personas han trabajado en su perfeccionamiento. Millones de horas hombre se han usado para hacerlos más útiles, durables y seguros. Cuando en 1920 se le añadió la luz amarilla a la roja y a la verde, se dio un gran paso. Pero siempre hay un funcionario que decide inutilizarlo a la hora que le venga en gana y en el sitio que le parezca. En este caso, Los Conejeros han sido el objetivo de este funcionario.
Y el otro o los otros funcionarios que la tienen cogida con Los Conejeros, deben enterarse que los semáforos peatonales son también de vieja usanza. Mejoren el paso al Mercado.




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