Jaime Gómez Torres, presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción. / Foto: DEXCY GUEDEZ

29 Jul, 2015 | El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, Jaime Gómez Torres, estimó que el sector que representa requiere de al menos 20.000 millones de dólares para reflotarse al menos en un año.

Indicó que para reimpulsar la construcción en el país, debe invertirse al menos el 7% del producto interno bruto (PIB), que en Venezuela alcanza los 300.000 millones de dólares, y de allí las estimaciones.
Advirtió que cualquier cifra menor a esa podría crear un desbalance en materia de infraestructura.

Gómez Torres realiza una gira por todas las regiones donde cuentan con representación, a los fines de promover las posibilidades de lograr alianzas con el sector público y poder reactivar ese sector.

En el marco de la Conferencia Constructiva 2015, expuso que la propuesta tiene que ver con materia de infraestructura y vialidad, para ser ejecutada a través de la alianza público-privada (APP) puesta en práctica en varios países de Latinoamérica como Brasil, Colombia y Perú.

Detalló que la llamada APP se traduce en que el sector privado ejecuta los proyectos y el Estado lo que hace es poner la llamada “garantía soberana” sobre el financiamiento que logren los empresarios. Eso se traduce en que el Estado se compromete a pagar el recobro, una vez sea ejecutado cada proyecto.

Indicó que siendo así, el Estado puede asignar los recursos disponibles a sectores como salud, vivienda, alimentación y otros servicios más básicos para la sociedad.

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Gómez Torres adelantó que organismos multilaterales como la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) tienen la disposición de financiar la ejecución de ese tipo de alianzas.

El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción aseguró que el ministro para el Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, conoce el proyecto APP, por lo que consideró que es una oportunidad extraordinaria para lograr un acercamiento sincero entre el sector privado y el Gobierno, para que obras de envergadura puedan salir adelante.