29 Jul, 2015 | Siempre hemos sido defensores de la tarjeta única para la actuación de los sectores democráticos en los comicios a realizarse con este tipo de régimen. Para los factores que aspiramos el cambio político la tarjeta única tiene varias ventajas que expresamos a continuación.

Uno de sus beneficios es la eliminación de la pugna entre los partidos integrantes de la alianza. En este momento histórico lo importante no es la supremacía de alguna de las tarjetas que representan a dichos partidos, ni cuantos diputados obtendrá cada organización política. Por el contrario, lo que necesitamos es la unidad de los venezolanos para salir del régimen autocrático y militarista actualmente en el poder. Una unidad verdadera al servicio de todos.

Otra ventaja es ofrecer a los sectores oficialistas, que los hay, descontentos de tanto abuso y arbitrariedad, una alternativa para votar sin remordimientos y sin condiciones por un cambio que enrumbe al país por un camino de paz y progreso.

En otras palabras, la tarjeta única significa la consolidación del proceso de unidad nacional para salir de la crisis que nos agobia y ante la cual el gobierno madurista ha fracasado a la vista de todos, quedando sólo promesas, mentiras y demagogia para tratar de mantenerse en el poder y por eso utilizan banderas como el reclamo del Esequibo como “gancho” electoral y todo tipo de artimañas como las inhabilitaciones para desmotivar a los electores adversos.

A nuestro juicio, no hay excusa, histórica o actual, que justifique el empeño de mantener a toda costa la tarjeta de algún partido político, cuando el interés general y patriótico, es la derrota del autócrata continuista, y la reconquista de un gobierno democrático que gobierne para todos, que respete la propiedad y la soberanía nacional. Que hay errores, claro que los hay, como en toda empresa humana y más en una actividad con tanta diversidad de opiniones y posiciones como la política electoral.

Una última ventaja es que el próximo 6 de diciembre obtendríamos una verdadera victoria del pueblo, un pueblo digno y trabajador que ha soportado con estoicismo y vocación democrática la oportunidad y el compromiso histórico para salir por la vía democrática de esta pesadilla que se ha convertido en el peor gobierno de toda la historia republicana.

Ese es nuestro llamado, a organizarse en todos los sectores comenzando en núcleo familiar, en cada sector y en los lugares de trabajo. Ya habrá oportunidad de recomponer la vida partidista y discutir aspectos que no compartimos, pero ahora no es lo prioritario. Lo fundamental es impulsar el cambio político que debe comenzar con una clara victoria en las elecciones parlamentarias. La tarjeta única es la opción del cambio. Esa es mi posición y hoy la ratifico ante todos ustedes.