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La "estrategia" de Maduro
Maduro no tiene nada nuevo que hacer u ofrecer al país. Nada nuevo de lo que ya había logrado montar su predecesor: una jaula "institucional" para tratar de asegurar el continuismo, a costa de la destrucción paulatina de Venezuela.
Fernando Luis Egana | flegana@gmail.com

28 Jul, 2015 | Lo más notorio del desgobierno de Maduro es la inercia. Y la inercia es desidia o inacción. Pero ese desgobierno forma parte de una hegemonía despótica y depredadora, que en esos dos aspectos no es inercial. La hegemonía es activa despotizando y depredando, pero en todo lo demás lo que hay es inercia, flojedad.

Maduro no tiene nada nuevo que hacer u ofrecer al país. Nada nuevo de lo que ya había logrado montar su predecesor: una jaula "institucional" para tratar de asegurar el continuismo, a costa de la destrucción paulatina de Venezuela. La "estrategia" de Maduro, por tanto, es mantener eso. Es preservar el poder despótico. Una "estrategia" concebida en La Habana y ejecutada, torpemente, por el desgobierno madurista.

Para la economía, lo único que hay es imprimir bolívares a fin de crear la ilusión de que hay plata en la calle, así esa plata no valga nada. No importa que la inflación de dispare y que las distorsiones de agudicen. En la hegemonía se enfocarán en repartir algo entre su base social-electoral, y los demás que se frieguen o que se vayan.

En lo social, plomo y más plomo del nuevo invento, OLP. No, desde luego, para combatir el hampa, sino para intimidar aún más a la población, y aminorar los riesgos de un sacudón social por causa de la crisis humanitaria. Y tampoco se trata de nada original. Para eso la hegemonía promovió los colectivos armados hace muchos años.

La decisión de los hermanos Castro Ruz, es que el régimen que impera en Venezuela, imprima bolívares y eche plomo, en la espera de que suban un poco los precios del petróleo y haya un poquito más de divisas para atenuar los apremios
y, primeramente, para facilitar la expoliación que ellos, los Castro, vienen haciendo del patrimonio fiscal del país.

Y mientras tanto, más despotismo, más depredación, más boli-plutocracia. Esa parece ser la “estrategia”, que de estrategia en sentido constructivo no tiene nada. Es más bien un despeñadero, largo y profundo, por el cual viene cayendo el Estado y la nación, y por el cual seguirán cayendo, mientras la hegemonía se salga con la suya del continuismo.

Y aparte de imprimir bolívares, robar dólares, echar plomo y despotizar al pueblo, lo que hay es desidia, incuria, sálvese quien pueda, inercia destructiva. Quien no quiera reconocerlo, que no lo reconozca. Pero esa es la realidad de Venezuela. Y tiene que ser superada para que los venezolanos puedan salir adelante.




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