Porlamar
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Comprar calzados es un privilegio
Los compradores se ven afectados al no poseer el suficiente ingreso monetario para adquirir un par de zapatos como acostumbraban hacer en tiempos pasados.
Luisana Ramos Pino

Foto: ARCHIVO

Son muchas las mujeres que han dejado de comprar calzado por los altos costos / Foto: ARCHIVO

26 Jul, 2015 | Hasta hace unos meses, las personas por los menos una vez al mes podían adquirir un par de zapatos porque el presupuesto alcanzaba o simplemente para darse un gusto, pero hoy en día esto es un privilegio para muchos en el estado Nueva Esparta.

Comprar zapatos casuales o deportivos se volvió inalcanzable, por lo que tanto hombres como mujeres se deben conformar con ver las vitrinas.

Yolanda Bermúdez, obsesionada por las sandalias, expresó que para adquirir una de estas en esta época le afecta muchísimo porque el sueldo que gana apenas le alcanza para medio comer.

“Yo era una persona que me encantaba visitar las zapaterías y perfumerías todo el tiempo, pero ahorita ni mirar puedo porque los precios son exagerados. Una sandalia de marca te está costando de siete mil bolívares para arriba y si buscas una que no es de marca, la mínima te cuesta dos mil”, explicó Bermúdez.

La fémina también acotó que desde el pasado diciembre no ha podido comprarse unos zapatos. “Ni unas cholas de andar en la casa me he comprado porque están carísimas y el sueldo no alcanza ni para comprar comida y eso que no tengo hijos”, declaró Bermúdez, de 29 años.

A su vez, Jesús Suárez, de 18 años, señaló que estaba acostumbrado a pedir dinero a sus padres para comprar sus gustos y ahora tiene que trabajar y aportar al hogar para ayudar a sus padres.

Suárez reveló que “yo le pido a mi papá ahorita para comprarme unos tacos para el fútbol y pega el grito al cielo porque están sumamente costosos. Tengo tres meses trabajando y lo hago porque quiero ayudar, no porque me obligan”.

Comercios

Los propietarios de zapaterías, tiendas de ropa y perfumerías también sufren las consecuencias de la inflación que atraviesa el país. Gabriel Torrealba, dueño de una tienda de zapatos, en la ciudad comercial de Porlamar, manifestó que su negocio registra consecuencias graves, desde no tener mercancía que ofrecer hasta estar en la obligación de despedir empleados porque no está produciendo ingresos.

“Ya la gente ha dejado de comprar, no hay variedad de productos y lo que hay ya es viejo o pasado de moda y eso no llama la atención por mucho que a veces coloques rebajas”, indicó Torrealba.

Sin embargo, el comerciante dijo que todos los días asiste a su local a trabajar porque siempre se vende algo.

Del mismo modo, el vendedor de un centro comercial en la entidad, que no quiso identificarse, señaló que “ya como los precios están muy caros, no compran. Los que vienen preguntan el precio y se asustan”.

Y por otro lado está el factor seguridad. “Si tu vienes aquí o a cualquier sitio y compras algo, más adelante te están esperando para atracarte. Entonces la gente que hace su sacrificio por tener sus cosas, no puede gracias a la delincuencia”, refirió el trabajador.

Precios justos

En noviembre de 2014, el presidente Nicolás Maduro aprobó vía Habilitante la reforma de la Ley de Precios Justos, la cual combatiría la famosa “guerra económica”, el contrabando, la especulación y ayudaría a “garantizar el equilibrio económico nacional”.




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