Porlamar
23 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Guyana en el tablero
Pero lo que sí es nuevo y específico de la coyuntura actual es que el gobierno de Guyana se haya salido del carril diplomático y jurídico por el que se había acordado darle tratamiento al problema y que haya pasado a realizar acciones unilaterales por vías de hecho, como la instalación de una plataforma de exploración petrolera en convenio con la trasnacional Exxon y sus asociados.
Leopoldo Puchi

21 Jul, 2015 | Los conflictos territoriales y de delimitación se heredan de la historia y cada generación está en la obligación de preservar los derechos de su nación. Sin embargo, el significado particular de esas pugnas depende del momento y las circunstancias concretas en que cobran impulso y se convierten en litigio de actualidad. Basta, para ilustrar esta afirmación, con mencionar las disputas que sirvieron como desencadénate o acompañaron los conflictos europeos de la primera mitad del siglo XX. Las colisiones por razones fronterizas hay que ubicarlas en su contexto y en el cuadro político más amplio, interno y externo, en que tienen lugar.

Que Guyana pretenda soberanía sobre el Esequibo o explotar sus riquezas no es novedad sino rutina, y por lo tanto no es la causa de las tensiones que se han suscitado recientemente. Pero lo que sí es nuevo y específico de la coyuntura actual es que el gobierno de Guyana se haya salido del carril diplomático y jurídico por el que se había acordado darle tratamiento al problema y que haya pasado a realizar acciones unilaterales por vías de hecho, como la instalación de una plataforma de exploración petrolera en convenio con la trasnacional Exxon y sus asociados.

Otro elemento específico de la actual coyuntura es que los acontecimientos han ocurrido precisamente cuando la región transita por un proceso de integración, de cambio y de separación progresiva del viejo dispositivo geopolítico heredado de la guerra fría. Todo esto le da un color y connotaciones particulares a la controversia de hoy, la de 2015, y constituye la especificidad de la situación actual. Los términos en que Guyana ha planteado la disputa cumplen un cometido además del territorial: resquebrajar la integración latinoamericana y caribeña.

En una perspectiva mucho más amplia, pueden observarse en el tablero diversos actores, alianzas y motivaciones. El gobierno de Guyana es responsable de sus propias acciones e inconsecuencias, pero al mismo tiempo las aspiraciones de ese país han sido manejadas como una pieza de ajedrez por grandes intereses políticos y económicos. Es una liza en la que no resulta extraña la presencia de Exxon, como tampoco que el representante diplomático de Estados Unidos en Georgetown haya declarado como garante del resguardo de la embarcación de esa empresa. Intereses comerciales y estrategias de poder se entrecruzan.

Estas circunstancias, añadidas a las divisiones en Venezuela, explican que Guyana haya pasado del diferendo a los hechos violentando el acuerdo de Ginebra y que haya iniciado la exploración en las aguas en disputa. La división de los débiles es la fortaleza de los poderosos.




Contenido relacionado












Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES