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Juan Griego, ayer y siempre
Con la emigración de margariteños hacia los campos agrícolas de los Caños del Orinoco, primero, y luego a los campos petroleros, queda una ciudad empobrecida carente de servicios, donde la sed era una angustia diaria.
Alexis Marín Chen | elcronistadelmunicipiomarcano@gmail.com

8 Jun, 2015 | El poblado de indígenas guaiqueríes que, de hecho y no de derecho, toma el nombre Juan Griego de su primer poblador europeo, para 1593 es el principal puerto del norte de Margarita, y así se mantendrá durante el llamado periodo colonial, tiempo en que realizado el Censo del Gobernador Alonso de Río y Castro, de 1757, arroja la existencia de 105 cabezas de familia, todos pescadores, y una población total de 288 almas. En el periodo independentista, se protege con el “Fortín de La Libertad”, escenario, donde el 8 de agosto de 1817, la saña de Morillo, no sólo acabó con la vida, sino con las casas de sus ilustres defensores. Tres años más tarde comenzaría a levantarse por la decidida participación de Juan Flex y sus descendientes, otros vecinos y guaiqueríes. Así creció la ciudad, entre la amistad desbordada, donde la bondad y el deseo de servir fueron parte de esa amalgama. Ya a mediados del siglo XIX, es parroquia eclesiástica y San Juan Evangelista es el Patrono de la ciudad. Se instala la aduana y el comercio con el extranjero se incrementa. La cultura tiene su primera manifestación material cuando en 1866, se construye un teatro de madera, y al año siguiente, el primer colegio de instrucción secundaria. Antes, en 1826 y 1830, se habían fundado escuelas de primera enseñanza. Para 1876 son cuatro las calles del poblado: la de La Marina, La Aurora, La Iglesia y del Tango, además se estaba formando la de la Alegría o de los Muertos, ya existían los barrios de Guiriguire, Las Piedras y Guaymaro. En 1881 se instala el Distrito Marcano, y para 1889, cuenta con “El Ojo”, su primer periódico impreso. El fin del siglo XIX encuentra a Juan Griego con una floreciente población y un comercio cada vez mayor, que recibe el siglo XX con la inauguración del servicio telefónico.
Con la emigración de margariteños hacia los campos agrícolas de los Caños del Orinoco, primero, y luego a los campos petroleros, queda una ciudad empobrecida carente de servicios, donde la sed era una angustia diaria. Juan Griego comenzó a decaer económicamente, las familias principales de la población buscaron otros destinos y los habitantes de regiones comarcanas llegaron para establecerse y reactivar su comercio. Con la instalación de la Zona Franca y Puerto Libre, la historia estaría signada por la destrucción del perfil arquitectónico, que su largo y complejo proceso, costó edificar. Las familias patriarcales se vieron obligadas a vender sus casas, nuevos rostros ocuparan los espacios y se fue perdiendo la sencillez, el candor y el orgulloso afecto hacia la ciudad; poco o casi nada queda del encanto y lo genial de su arquitectura. Sin embargo contemplar las fachadas que aún se conservan es remontar al Juan Griego del siglo XIX, cuando religión, comercio, arte, y bohemia se entremezclaban alrededor del puerto de la ciudad pujante de entonces. En la actualidad los residentes, turistas, y defensores de la ciudad, se encuentran a la expectativa de las nuevas autoridades municipales por el futuro de una ciudad inmersa en un mercado de intereses donde se vende hasta las querencias. La Comisión de Seguimiento y Evaluación para la Protección del Patrimonio Edificado y Cultural del Área Central de Juan Griego y para el mejoramiento integral de los sectores de Valparaíso, Las Piedras y Los Millanes, está llamada a procurar devolver la armonía al casco histórico, cultural y patrimonial de Juan Griego, a través de una política que impida la demolición de las fachadas con valor histórico, concienciar a los comerciantes sobre la importancia de su conservación. Asimismo promover el respeto por las aceras y camineras para dinamizar los espacios y hacer que la gente haga uso cotidiano de ellos. Ahora que se celebra el Bicentenario de la Sublevación de Margarita, y del Arribo de la Expedición Libertadora, hagamos de las calles y plazas de Juan Griego un lugar de recreación, compras y sano esparcimiento con eventos culturales que incluyan teatro de calle, conversatorios, conciertos, exposiciones y la creación de módulos turísticos.




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